En un revés para la Fiscalía General de la República (FGR), un juez ha detenido temporalmente la búsqueda del supuesto “segundo tirador” en el magnicidio de Luis Donaldo Colosio, tras cuestionar la solidez de la única evidencia presentada.
La FGR, en un contexto electoral, busca resucitar la teoría del “complot”, sosteniendo que el crimen de Colosio fue resultado de un aparato organizado de poder que involucra al gobierno de Carlos Salinas de Gortari y agentes del Cisen. La orden de aprehensión fue dirigida a José Antonio Sánchez Ortega, agente del Cisen, considerado como el “segundo tirador”.
Sin embargo, el juez Jesús Alberto Chávez Hernández ha negado la orden de captura temporalmente, argumentando que la única prueba presentada por la Fiscalía es el testimonio de Leticia Ortiz, compañera de trabajo de Mario Aburto, que se revela como poco fiable después de 25 años.
Ortiz, en 1998, declaró que Aburto fue visitado tres veces en su trabajo por un individuo, pero cambió su testimonio el año pasado, asegurando sin dudas que el visitante fue Sánchez Ortega. El juez consideró esta nueva declaración como insuficiente para acreditar una acción concertada entre Aburto y Sánchez.
La historia toma un giro intrigante al recordar que Sánchez Ortega ya había sido detenido por el magnicidio, pero nunca fue procesado. La actual FGR también investiga la posible participación de Genaro García Luna y Jorge Tello Peón en el caso Colosio, planteando interrogantes sobre su presunta implicación en la liberación de Sánchez Ortega tras su primera detención.