Al demostrar que la economía mexicana se encuentra estancada y que existen políticas públicas incongruentes, “no sería extraño” que en los siguientes trimestres se presenten variaciones del Producto Interno Bruto (PIB) trimestrales y anuales negativas, consideró el sector privado.
La reciente determinación de modificar los lineamientos para otorgar Certificados de Energías Limpias (CEL) pone en riesgo el Estado de Derecho y cuantiosas inversiones, e incrementa considerablemente la incertidumbre, aseveró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En un contexto de fuertes restricciones, “es urgente tomar decisiones de política coherentes, que generen impactos positivos inmediatos y perdurables en la actividad productiva y generación de empleos. De otra manera, se alejará el momento de que la economía pueda recuperarse y por lo tanto la población deberá esperar más para realmente mejorar su bienestar”, sentenció el organismos aglutinado en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
A través de su análisis semanal, el sector privado refirió que la industria energética muestra claras señales de fragilidad financiera en un contexto de ingresos propios e inversión limitados. “Ello representa un riesgo para este importante sector y para la salud de las finanzas del públicas y consecuentemente aumenta la posibilidad de desequilibrios fiscales y endeudamiento público”.
Recordó que —la semana pasada— el INEGI dio a conocer su estimación oportuna sobre el comportamiento del PIB en el tercer trimestre del año que prevé que la economía tuvo un avance de 0.1% respecto al trimestre previo con base en cifras desestacionalizadas, comportamiento un tanto sorpresivo cuando la evolución de los principales indicadores macroeconómicos había generado una expectativa negativa.
En la comparación anual con base en cifras ajustadas, por el lado de la oferta de bienes y servicios, el PIB registra una disminución de 0.4%, su primera caída desde el último trimestre del 2009, acotó.
“Para México entonces, el escenario es de menor crecimiento, elevada incertidumbre e inseguridad y probablemente un menor impulso proveniente del exterior. Ello, no ayuda a la posibilidad de inversión por parte de la iniciativa privada. Lo que se suma a los escasos recursos presupuestados para la inversión pública, que además requieren aún demostrar su rentabilidad social”, reprobó el CEESP.
En este contexto, agregó que no es extraño que diversos organismos y especialistas continúen corrigiendo a la baja sus pronósticos de crecimiento para el presente año. Es muy probable que en los próximos resultados de la encuesta del Banco de México (Banxico) la estimación promedio de los especialistas para 2019 se acerque a cero por ciento, mientras que para el próximo año lo haga al 1.0%.
Fuente: https://www.eleconomista.com.mx