Las Cabañuelas: Una tradición ancestral de pronóstico climático

La antigua práctica de predicción del clima sigue viva en México, influenciada por los pueblos originarios y la observación del cielo.

Las cabañuelas, también conocidas como pintas en Argentina y temoras en España, son una forma ancestral de predicción del clima que se originó en México durante la era azteca. Esta tradición, transmitida por generaciones, permite a los agricultores anticipar las condiciones meteorológicas para la siembra y cosecha. La base de las cabañuelas se encuentra en la observación meticulosa del cielo, especialmente a la medianoche del 31 de diciembre, cuando se dice que el cielo muestra un fenómeno que marca el ingreso del año nuevo.

La práctica consiste en asignar un día de enero a cada mes del año, retrocediendo hasta diciembre, lo que permite realizar pronósticos sobre el clima de cada mes. A medida que avanzan los días, el ciclo de observación se expande para incluir cambios de mes y de estación, proporcionándole a los agricultores la información necesaria para ajustar sus ciclos de siembra. Según el libro “Aires y Lluvias: Antropología del clima en México” de Annamaría Lammel, las cabañuelas ayudaban a los antiguos mexicanos a decidir cuándo adelantar o retrasar las épocas de siembra, que comenzaban tradicionalmente el 13 de junio.

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Este sistema de predicción también está vinculado con las creencias religiosas de los pueblos originarios, como la relación entre Ehecatl, el dios del viento, y Tlaloc, el dios de la lluvia. Durante los meses de enero, febrero y marzo, se consideraba que Ehecatl limpiaba el camino para Tlaloc, favoreciendo las lluvias que serían cruciales para la agricultura. Aunque la ciencia moderna ha avanzado en la predicción del clima, las cabañuelas siguen siendo una parte importante del patrimonio cultural y agrícola en algunas comunidades.

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