Las Fuerzas Armadas asumen el control de los aeropuertos civiles en la Ciudad de México

La Ciudad de México se prepara para convertirse en una capital única, ya que sus dos aeropuertos civiles estarán bajo la gestión de las Fuerzas Armadas. En un movimiento sin precedentes, el presidente Andrés Manuel López Obrador planea transferir una docena de aeropuertos al control militar antes de finalizar su mandato en 2024, como parte de su estrategia para combatir la corrupción. Sin embargo, esta militarización ha generado preocupación entre los críticos del gobierno.

El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), el principal del país, pasará a estar completamente bajo el control de la Marina, mientras que el nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles, construido y operado por el Ejército, se encargará de las operaciones civiles. Aunque la presencia de los militares será visible en términos de seguridad, se espera que la mayoría del personal sea civil. El director del AICM, el vicealmirante Carlos Velázquez Tiscareño, afirmó que el aeropuerto funcionará como una empresa dentro de un ente naval militar, pero se esforzará por mantener una apariencia de independencia militar.

Desde que López Obrador asumió el cargo en 2018, las Fuerzas Armadas han ido asumiendo diversas responsabilidades en áreas como la seguridad, el control de aduanas y puertos, la gestión de infraestructuras y ahora, la operación de aeropuertos. Aunque algunos consideran que esta participación militar puede mejorar la seguridad, otros expertos señalan que es necesario abordar otros problemas fundamentales en la aviación mexicana, como la falta de capacitación y la necesidad de una mayor supervisión y competitividad en el sector.

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La transferencia de los aeropuertos civiles al control militar también plantea interrogantes desde el punto de vista jurídico. A principios de este año, la Corte Suprema de México consideró inconstitucional el traspaso de la Guardia Nacional al Ejército, lo que llevó al presidente a mantener el mando civil pero con un jefe operativo militar. Por lo tanto, aún no está claro cómo se resolverán las implicaciones legales de esta nueva medida.

A pesar de las preocupaciones y los desafíos que implica este cambio, los funcionarios argumentan que es necesario abordar los problemas arraigados en los aeropuertos, como el tráfico de drogas, la corrupción y la saturación. El AICM ha enfrentado numerosos desafíos a lo largo de los años, desde el robo de maletas hasta problemas estructurales graves. La gestión militar busca corregir estos problemas y garantizar un funcionamiento eficiente y seguro.

Mientras tanto, la comunidad internacional ha expresado su preocupación por esta creciente militarización de la sociedad mexicana y su impacto en la separación entre lo militar y lo civil. Aunque el objetivo principal es combatir la corrupción y mejorar la seguridad, es fundamental garantizar que se respeten los límites y los estándares internacionales en esta nueva dinámica entre el poder militar y civil.

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