En medio de promesas de modernización y eficiencia, los “semáforos inteligentes” implementados por el alcalde Enrique Galindo se han convertido en un verdadero dolor de cabeza para los automovilistas. Contrariamente a lo anunciado, estos dispositivos no solo carecen de conexión al sistema de control automático, sino que han desatado un caos vehicular en diversos puntos de la ciudad.
La implementación de los “semáforos inteligentes” en la ciudad, anunciada con entusiasmo por el alcalde Enrique Galindo, se ha convertido en un caos vial con sobreprecio millonario y acusaciones de nepotismo.
A pesar de la inversión de 118 millones de pesos para modernizar los semáforos, estos no están conectados al sistema de control automático, carecen de sincronización y no miden la afluencia vehicular. La falta de funcionalidad provoca largos tiempos de espera en cruceros clave de la ciudad, generando más caos vial, contaminación y estrés, contradiciendo las supuestas mejoras anunciadas.
El hermano del alcalde, Ricardo Galindo, no solo figuró como proveedor de los semáforos, sino que también estuvo presente en las decisiones de compras, generando acusaciones de nepotismo y tráfico de influencias. La inversión millonaria anunciada para la modernización ha resultado en un desorden vial, provocando más tiempo de espera en cruces como Himno Nacional, Clouthier, Av. México, Sierra Leona y Glorieta Juárez.
Este no es el primer negocio controvertido de los hermanos Galindo. Ricardo Galindo ya había protagonizado escándalos durante el sexenio del priista Juan Manuel Carreras por la venta del sistema para el nuevo C5, enfrentando demandas penales por desvío millonario de recursos.
Enrique Galindo y su hermano Ricardo parecen haber encontrado una fórmula “muy inteligente” para lucrarse a expensas de los ciudadanos. Desde la crisis del agua inventada hasta la deficiente rehabilitación de vialidades, pasando por la construcción de aptos a desnivel con sobreprecio, los Galindo Ceballos han sumado cifras millonarias a su cuenta bancaria, dejando a la ciudad sumida en caos, contaminación y estrés.