Desde el Reclusorio Norte, donde ya cumplió seis meses preso, el exdirector de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya Austin, declaró nuevamente que durante el sexenio pasado repartió sobornos para que se aprobara la reforma energética, pero insiste en negar que se haya quedado con un peso. Sin aportar nuevas pruebas, repitió que el exsecretario Luis Videgaray y el expresidente Enrique Peña Nieto fueron los responsables de todo, al igual que el exdiputado Ricardo Anaya, a quien “le encantaba el dinero”.
Es la quinta declaración que Lozoya rinde ante la FGR por estos hechos, aunque es la primera vez que lo hace estando preso. En el testimonio de tres cuartillas, del que Animal Político tiene copia, el exfuncionario reconoce que tomó dinero de varios lados para pagar los supuestos sobornos, y dice haber vivido “amenazado, presionado y extorsionado”.
El nuevo testimonio forma parte de la negociación con la que los abogados de Lozoya buscan que lo dejen libre. Pretenden que, a cambio de estas declaraciones y la entrega de varios millones de dólares, Pemex, la UIF y la FGR se desistan de los procesos en su contra por los casos Odebrecht y Agronitrogenados. Aunque el juez había pedido que la decisión se tomara en la última semana de abril, el diálogo se ha demorado.
La declaración del exdirector de Pemex está asentada en la carpeta de investigación FED/SEIDF/CGI-CDMX/0000865/2020, que la FGR abrió para indagar los presuntos sobornos para la aprobación de la reforma energética. Por esta indagatoria se encuentra en prisión preventiva el exsenador Jorge Luis Lavalle y se ha procedido penalmente en contra de Anaya, excandidato presidencial y exdirigente del PAN.
En este testimonio, al igual que ya había ocurrido en uno anterior, Lozoya modifica la versión original donde señalaba que, con el dinero de la constructora Odebrecht, se habían pagado los sobornos de la reforma energética, y ahora señala que el dinero se tomó de diversos lados, entre ellos, el presupuesto de Pemex. Dice que lo hizo porque no le quedaba otra opción.
“Durante todo ese tiempo yo estaba sujeto a mucha presión. Por un lado, Luis Videgaray Caso me indicaba que era una instrucción directa del presidente, Enrique Peña Nieto, hacer todo lo necesario para materializar la reforma energética y las leyes secundarias, mientras que por otra parte los legisladores, como es el caso de Ricardo Anaya Cortés, me exigían más dinero con amenazas como las que ya he referido”, afirma Lozoya.
Según Lozoya, tanto el expresidente Peña como su exsecretario de Hacienda tenían claro que a Anaya había que entregarle recursos por separado no solo porque “le encantaba el dinero”, sino porque “se llevaba pésimo” con otros senadores del PAN y, por tanto, había que convencerlo por separado.
“Yo fui presionado, extorsionado y acusado de corruptelas, cuando ellos fueron quienes lo pactaron, quienes se beneficiaron y quienes operaron… yo no tuve beneficio económico alguno de dichos movimientos pues los beneficiarios finales fueron las personas a las que he señalado desde un inicio”, indica.
A lo largo de esta declaración, el exdirector de Pemex no hace mención alguna de que los recursos entregados a Anaya provinieran de Odebrecht, como tampoco lo hizo en un testimonio brindado el año pasado. Sin embargo, previamente y hasta en cuatro ocasiones, Lozoya había sostenido que el dinero de los sobornos había provenido de esa constructora brasileña.
De hecho, en su momento, la FGR intentó proceder penalmente en contra de Videgaray, acusándolo de traición a la patria bajo la hipótesis de que se había usado dinero extranjero (proveniente de la constructora) para impulsar la aprobación de una reforma estructural que supuestamente fue dañina para el país. Sin embargo, el juez que recibió el caso rechazó conceder una orden de aprehensión por estos hechos tras considerar que le hacía falta sustento.
En enero pasado, la FGR presentó una acusación formal en contra de Lozoya relacionada con la indagatoria iniciada desde 2017 por el caso Odebrecht, donde lo señala de haberse beneficiado de los sobornos pagados por la empresa brasileña. Sin embargo, de forma paralela, la misma fiscalía mantiene abierta la indagatoria paralela construida a partir de las denuncias del propio Lozoya.