En una reciente entrevista al registrarse como candidato al Senado por Morena, Marcelo Ebrard, exponiendo sus preocupaciones, alegó que la relación con la DEA ha sido un persistente dolor de cabeza para México. Acusó a la agencia de filtraciones en su contra y consideró que estas son represalias por las obligaciones que México ha tenido que asumir en el contexto de las operaciones conjuntas.
Ebrard instó a que las acusaciones en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador sean respaldadas por pruebas concretas en lugar de depender de informantes no verificados. Hizo hincapié en la necesidad de un proceso formal y evidencias sustanciales antes de aceptar tales señalamientos, especialmente cuando involucran al líder del país.
El excanciller también responsabilizó a la DEA de poner en riesgo repetidamente la relación bilateral entre México y Estados Unidos. Argumentó que las tácticas de la agencia, basadas en declaraciones de informantes no respaldadas por pruebas sólidas, han afectado negativamente la cooperación entre ambos países desde 1975.
Ebrard respaldó sus afirmaciones mencionando su experiencia durante la detención del general Salvador Cienfuegos, cuando era titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores. En ese incidente, afirmó que la DEA presentó mensajes de WhatsApp sin identificar claramente los teléfonos involucrados, cuestionando la validez de las pruebas presentadas.