Un nuevo avance se dio este lunes en la reapertura del caso de Mario Aburto, asesino confeso del ex candidato presidencial por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1994, Luis Donaldo Colosio.
Por medio de un comunicado, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), dio a conocer un extenso informe sobre la tortura que Aburto ha sufrido desde su detención en Lomas Taurinas, Tijuana, luego de haber sido señalado como la persona que le disparó en la cabeza al político mexicano.
De acuerdo con la información emitida, se integraron nuevos documentos, peritajes y testimonios que las autoridades encargadas del caso dejaron pasar o eliminaron, como una entrevista que personal de la CNDH le realizó presuntamente el 12 de abril de 1994 que “no consta ni en la indagatoria oficial ni en ningún expediente de seguimiento de queja”, pues, informaron, nunca se integró formalmente, ni se le informó a Aburto que fue grabado en aquel encuentro.
Asimismo, esta institución logró confirmar que Mario Aburto fue torturado desde su detención el 23 de marzo de 1994, al igual que algunos miembros de su familia, de manera reiterada hasta años recientes. Esta inaceptable situación era conocida por las autoridades, los responsables de la investigación oficial y la propia Comisión Nacional, sin embargo fue minimizada y desautorizada con el fin de sostener la versión oficial del “asesino solitario”.
“Al cúmulo de deficiencias, omisiones y violaciones al debido proceso que se tuvieron con motivo de la investigación del asesinato del entonces candidato presidencial, se suma esta circunstancia que hace obligado revisar el caso, y ofrecerle justicia y verdad no sólo a las víctimas, entre las cuales debe incluirse de manera preponderante a la familia del asesinado, sino a toda la sociedad mexicana”, señaló la CNDH en su comunicado.
Mario Aburto nunca hizo referencia de las torturas que recibió desde su aprehensión hace más de 27 años, sino que lo confirmó durante su declaración ante el Juez Primero de Distrito en el Estado de México, el 29 de abril de 1994, lo que le restó créditos ante la Subprocuraduría Especial encargada del esclarecimiento del caso.
“La verdad es que desde el momento mismo de su detención en Lomas Taurinas y varias veces durante los primeros interrogatorios V (Aburto) dijo que no era responsable de los hechos y que estaba siendo torturado y presionado para autoinculparse, y nunca nadie le hizo caso”, señaló la institución.