Tabasco vivió una jornada trágica al amanecer de ayer, con la masacre de siete personas en dos incidentes separados. Seis de las víctimas fueron asesinadas en un centro nocturno en Villahermosa, mientras que una más perdió la vida durante una boda en Jalapa, a 60 kilómetros de la capital.
La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que en ambos ataques, los sicarios buscaban a un objetivo específico. En el primer incidente, ocurrido en el “Dbar” alrededor de las 3:53 horas, al menos cinco hombres encapuchados, armados y con chalecos antibalas, irrumpieron en el establecimiento, dejando un saldo de seis muertos y diez heridos. Las víctimas fueron identificadas como el abogado Erick Urbina, el guitarrista Juan Manuel de la Cruz, el empresario Jesús Ramón y Carlos Antonio Falconi Ullín, originario de Comalcalco.
En el segundo ataque, durante una boda en el Casino del Pueblo, los sicarios mataron a Vladimir Zúñiga Calzado, un presunto traficante de personas, e hirieron a dos asistentes. El Vicefiscal de Delitos Comunes, Gilberto Melquiades, aclaró que este ataque no está relacionado con el evento en Villahermosa.
Lucero Ramón, hermana de una de las víctimas de Villahermosa, criticó la inacción de la patrulla que se encontraba en las cercanías del bar durante el ataque. “Esto debería ser un lugar seguro, estaba en el antro con sus amigos”, lamentó.
Este violento episodio se suma a una serie de ataques en la región, recordando el asesinato de tres jóvenes en el “Bar Hope 52” el pasado 11 de febrero. La comunidad de Tabasco se encuentra consternada y exige respuestas ante la creciente ola de violencia.