2026: El país entre incertidumbres y oportunidades

MRS / Revista Punto de Vista / 31 de diciembre 2025

Al iniciar 2026, México se encuentra en un punto crítico de su historia reciente. Para la ciudadanía, no es momento de simples titulares ni pronósticos técnicos, sino de reflexión clara y exigente sobre los desafíos que tendremos que enfrentar como país. Este 2026 se perfila como un año que exigirá a nuestras instituciones, a nuestras élites políticas y a cada habitante una cuota extra de responsabilidad y compromiso.

Desde la esfera económica, las señales de alerta son claras y deben tomarse con seriedad. La economía mexicana llega al nuevo año con presiones inflacionarias persistentes, un entorno de inversión retraído y la urgente necesidad de revertir una contracción que ha debilitado la producción y el empleo formal. La revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) será un factor crucial: este acuerdo, base de una parte significativa de nuestra actividad exportadora, enfrenta una renegociación que podría traer certidumbre o nuevas fuentes de vulnerabilidad para nuestra economía exportadora si no se conduce con estrategia y visión.

En materia política y democrática, el año que comienza se proyecta igualmente desafiante. Con cambios legislativos y debates intensos sobre la gobernanza, la percepción de las instituciones y la independencia de poderes vuelve a estar en la mesa de discusión pública. Las decisiones que se tomen sobre transparencia, participación ciudadana y el papel de la sociedad civil determinarán si avanzamos hacia una mayor confianza o si se profundiza la brecha entre el Estado y sus ciudadanos.

La seguridad pública permanece como una de las preocupaciones más profundas para millones de familias mexicanas. La violencia organizada continúa impactando la vida cotidiana, la inversión y la sensación de bienestar en muchas regiones del país. Aunque ha habido esfuerzos por parte de diferentes administraciones, las cifras de delitos y desapariciones siguen siendo motivo de inquietud, un llamado claro a replantear estrategias con enfoque en prevención, justicia y desarrollo social.

En el campo laboral, la transformación de la economía trae consigo retos en la generación de empleo digno y la adaptación de la fuerza laboral a nuevas realidades productivas, incluyendo las plataformas digitales y los cambios tecnológicos globales. Una política activa de empleo, formación y protección social será crucial para evitar que el crecimiento económico sea percibido solo en cifras y no en oportunidades reales para las familias.

Además, elementos sociales estructurales como la brecha digital y la desigualdad de género siguen presentes como barreras que obstaculizan el pleno desarrollo de amplios sectores de la población. Reducir estas brechas no es solo un objetivo de justicia social, sino una necesidad para construir una sociedad más inclusiva y competitiva en un mundo globalizado.

Finalmente, 2026 traerá retos vinculados a eventos globales que impactarán al país de manera directa, como la competitividad global, la evolución de los flujos migratorios y las dinámicas internacionales de inversión y comercio. Pero también ofrece oportunidades: una renegociación acertada del T-MEC, mayor integración productiva regional y políticas públicas bien dirigidas pueden poner a México en un sendero de crecimiento sostenido si hay voluntad política y acción ciudadana organizada.

Como ciudadanas y ciudadanos conscientes, no podemos quedarnos de brazos cruzados. El México que queremos exige participación, exigencia hacia nuestros representantes y solidaridad entre todos los sectores de la sociedad. El futuro no está escrito: se construye con decisiones, debates públicos informados y acciones que atiendan tanto las urgencias inmediatas como las raíces estructurales de nuestros problemas.

Felices fiestas y los mejores deseos de paz, salud y prosperidad para este 2026.

mrenzi@revistapuntodevista.com.mx

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