En menos de dos años, el mandatario estadunidense se ha convertido en uno de los líderes más odiados y repudiados en todo el mundo.
Y es que Trump se ha dedicado a abrir frentes, un día se pelea con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, el siguiente la emprende contra la Unión Europea, después ataca al Primer Ministro Canadiense, Justin Trudeau.
En fin, nadie se salva de sus ataques, son comunes sus ataques tuiteros matutinos, que va, ya son habituales, y los mexicanos somos víctimas recurrentes de su histeria: el lunes, se trata del muro; el miércoles, el tema es el TLCAN; para cerrar la semana, los migrantes, a quienes le gusta llamar de forma despectiva, entre más ofensivo es el insulto, mejor.
En síntesis, Donald Trump es el peor enemigo de sí mismo, a pasos agigantados se está peleando con todo el mundo, si continúa por ese camino, pronto le quedarán pocos aliados sinceros.
Es casi un hecho que no se puede esperar nada positivo del magnate, solo acciones totalmente pragmáticas.
Es entonces la oportunidad para crear nuevamente un bloque latinoamericano que le haga frente a Trump.
El reconocido jurista Diego Valadés, expresó que lo siguiente vía Twitter: “La diplomacia recomienda prudencia, pero cuando se trata de los derechos humanos de los niños la prudencia puede ser cobardía. México debe retirar por unos días a su embajador en Washington y pedir a todas las democracias que hagan lo mismo”.
Sin embargo, la respuesta del gobierno mexicano fue tardía y tibia.
Aunque la oportunidad de retomar el liderazgo ideológico que México alguna vez tuvo en América Latina, ahí está latente. Porque conociendo a Donald Trump, esta no es para nada su última embestida contra los migrantes.
Ayer en la tarde, Luis Videgaray, se pronunció sobre la firma de la orden ejecutiva del mandatario estadounidense, el canciller aseveró que era “una buena noticia que el gobierno de EUA acabe con la cruel e inhumana separación de niños migrantes de sus padres”.
Fuente: sdpnoticias.com
