El gobierno de México, a través del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, anunció que buscará quedar exento del reciente incremento arancelario del 50% impuesto por Estados Unidos a las importaciones de acero y aluminio. Esta medida, formalizada por el presidente Donald Trump, entró en vigor el 4 de junio de 2025 y afecta a varios países, incluyendo a México.
Ebrard calificó la decisión como “injusta” e “insostenible”, argumentando que Estados Unidos mantiene un superávit comercial con México en estos productos, lo que contradice la lógica habitual de aplicar aranceles para corregir déficits. Además, advirtió que la medida impactará negativamente en ambos países, especialmente en sectores como el automotriz, la construcción, la metalmecánica y la electrónica.
El secretario de Economía tiene previsto reunirse este viernes en Washington con altos funcionarios estadounidenses para presentar los argumentos de México y solicitar una exención similar a la otorgada al Reino Unido, que logró mantener un gravamen del 25% tras un acuerdo comercial reciente.
La industria mexicana teme que esta decisión afecte gravemente a sectores clave que dependen del acero y aluminio. Además, se anticipa una caída en las exportaciones mexicanas de estos metales, lo que podría poner en riesgo miles de empleos e inversiones.
