
Ante el reciente llamado del expresidente estadounidense Donald Trump para erradicar a los cárteles de la droga, la presidenta de México reiteró la disposición de su Gobierno para colaborar con Estados Unidos en la lucha contra el crimen organizado. Sin embargo, enfatizó que dicha cooperación debe basarse en el respeto mutuo y no en la subordinación.
Durante una conferencia de prensa, la mandataria cuestionó el enfoque unilateral de Estados Unidos: “Empiecen por su país, nosotros claro que vamos a coordinarnos, pero como lo dije el 5 de febrero, nunca la subordinación. Ellos tienen mucho que hacer en Estados Unidos: ¿cómo es que llega el fentanilo o cualquier otra droga a EU? Nosotros hacemos nuestro trabajo en nuestro país, pero ¿qué pasa después de la frontera?”.
La declaración surge tras el memorándum emitido por la Fiscalía General de Estados Unidos, que ordenó a su personal priorizar la eliminación total de cárteles y organizaciones criminales transnacionales, incluyendo a grupos mexicanos. La presidenta reconoció la importancia de atacar el narcotráfico, pero subrayó que el problema requiere responsabilidades compartidas: “Si quieren combatir el fentanilo, que revisen su propio territorio. Las drogas no aparecen por arte de magia en las calles de EU”.
El mensaje refleja la postura histórica de México: cooperación bilateral sin comprometer la soberanía nacional. Mientras tanto, analistas destacan que este debate reaviva tensiones diplomáticas en torno a estrategias antinarcóticos, marcadas por diferencias en enfoques y prioridades.