En México los enfermos de Covid-19 han tenido que llegar a los hospitales en cualquier cosa, menos en una ambulancia pública.
Las instituciones federales de salud tienen menos de 6 mil ambulancias para todo el país, pero de ellas solo unas 700 son para atender urgencias, el resto se utilizan para traslados entre hospitales.
Las ambulancias con que cuentan la Secretaría de Salud, el IMSS y el ISSSTE no atienden urgencias, por lo que únicamente las ambulancias de las fuerzas armadas ayudan al traslado en emergencias.
Lo anterior a nivel federal; en términos locales, en lugares como Ciudad de México, que ha sido el epicentro de la pandemia, la cantidad de ambulancias no llega ni al 25% del estándar internacional. Dicho de otra manera, para nueve millones de capitalinos hay 28 ambulancias del ERUM, organismo oficial, y el resto de las emergencias las debe atender la Cruz Roja, con 54 unidades. Según la norma, en CDMX debería haber 360 unidades. Pero tal cifra solo se alcanza si sumamos las 300 ambulancias particulares, que cobran por sus servicios.
Otra manera de dimensionar la desproporción en la pandemia: hay 82 ambulancias de servicio público (contando como tales las de la Cruz Roja) para una población que en los meses más altos de contagios tuvo casi 300 ingresos hospitalarios al día.
Por ello, si la ambulancia se pidió en la CDMX al 911 por Covid-19, las probabilidades de que llegue una del ERUM equipada con burbuja (hay solo siete) son marginales. Si el paciente no puede pagar una ambulancia privada, que puede tardar en llegar, será transportado sin las medidas de protección necesarias con los riesgos de contagiar a quien le transporte, de no llevar oxígeno en el camino, o de no alcanzar a llegar al hospital a tiempo.
Angustia, peregrinar y 14 mil pesos por el traslado
David Rodríguez tenía 91 años y vivía desde hace seis años en una residencia para adultos mayores. El 23 de julio sus familiares recibieron una llamada de la residencia donde les decían que el señor David se sentía mal, horas después les informaron que había dado positivo de Covid-19 y que tenían que pasar por él.
Desde ese momento toda la familia buscó ambulancia, unos llamaron al 911, otros a la Cruz Roja y otros a ambulancias particulares, cuenta su nieto Miguel de 26 años.
“Toda mi familia estaba así de ‘ llama a estos, tú a estos otros’ y lo primero que nos preguntaban en todas era si tenía Covid y luego la edad, decíamos 91 y decían ‘ah no no se puede, gracias bye’”, cuenta Miguel.
Después de más de dos horas de hablar a ambulancias públicas y privadas Miguel decidió hablarle a una exnovia suya que es enfermera en el Hospital de Nutrición, ella finalmente le ayudó enviándole una ambulancia privada.
La ambulancia llegó pocos minutos después a la residencia donde recogió al señor David. Además del conductor en la ambulancia de la compañía A&E Médica venían dos paramédicos que según Miguel no pasaban de 17 o 18 años, pero cuenta que venían equipados desde la punta del pelo hasta la punta del pie, aunque la ambulancia no traía “burbuja”, como se le conoce a la cámara que se usa para transportar pacientes Covid para reducir el riesgo de quienes viajan con ellos.
El señor David padecía de EPOC desde hacía varios años, por lo que contaba con su propio tanque de oxígeno, con el que lo subieron a la ambulancia.
Después de una peregrinación de más de tres horas y por lo menos cuatro hospitales del sur de la Ciudad de México el señor Rodríguez fue admitido en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, aunque al ingresar le dijeron que deberían quedarse con la camilla de la ambulancia ya que no tenían camas ni sillas disponibles. Unas horas después la factura de la ambulancia por 14 mil pesos llegó al correo de Miguel. Doce días después el señor Rodríguez falleció.
La realidad de las ambulancias oficiales
Ponerse grave en la pandemia incluye descontar las casi nulas probabilidades de que, en caso de necesitarlo, una ambulancia pagada con recursos públicos lleve al paciente al hospital.
La demanda la cubren las ambulancias de los gobiernos locales, las de la Cruz Roja o las ambulancias particulares que pueden cobrar miles de pesos por el traslado.
Revisemos el caso de la Ciudad de México. La capital ha sido el epicentro de la pandemia con 155 mil 320 casos acumulados y 14 mil 789 muertes hasta el 25 de octubre.
El gobierno capitalino tiene 28 ambulancias del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), de acuerdo con información proporcionada por la Secretaría de Seguridad Ciudadana, pero de éstas solo siete están equipadas para trasladar pacientes Covid-19. Siete para cientos de ingresos hospitalarios diarios: nomás entre junio y agosto hubo un promedio de 286 ingresos hospitalarios cada día en la ciudad.
De las 16 alcaldías de la ciudad, Benito Juárez, Coyoacán, Cuauhtémoc, Iztacalco, Iztapalapa, Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan, Venustiano Carranza y Xochimilco son atendidas por el ERUM y el resto por 54 ambulancias de la Cruz Roja.
La distribución de las ambulancias por alcaldía se decidió en un comité donde intervino la Cruz Roja, el ERUM, el C5, PC y la Secretaría de Salud de la Ciudad de México “con la intención de estandarizar tiempos de respuesta y accesibilidad a los servicios públicos de toda la ciudad”, según dijo a MCCI Rebeca Rocha del C5.
De acuerdo con información proporcionada por el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la CDMX, el C5, a pesar de haber tan pocas unidades siempre hay ambulancias disponibles, incluso durante la pandemia.
“Siempre hay ambulancias disponibles, lo que podría variar es el tiempo de respuesta. Pero si es algo que no puede esperar se prioriza el servicio. Además, se cuenta con motoambulancias con paramédicos para la primera atención”, dijo a MCCI personal de comunicación del C5.
En términos globales, en la Ciudad de México hay menos de 400 ambulancias para atender emergencias: las 82 del ERUM y la Cruz Roja, y el resto de empresas privadas.
Por abajo del estándar internacional
El Gobierno federal tiene en total 5,761 ambulancias entre propias y contratadas para derechohabientes o usuarios de las seis dependencias que ofrecen servicios médicos: Secretaria de Salud, Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Secretaría de la Marina (Semar).
Una revisión de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) revela que las instituciones poseen ambulancias insuficientes.
El IMSS, que tiene poco más de 70 millones de derechohabientes, cuenta con dos ambulancias por cada 100 mil derechohabientes. La norma de la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que debe haber cuatro ambulancias por cada 100 mil habitantes, es decir, el IMSS tiene la mitad de unidades de lo que marca el estándar internacional si tomáramos a cada derechohabiente como un habitante.
“Todas ellas (las ambulancias) realizan más de un traslado al día, son cientos a veces miles de traslados diarios”, dijo el titular del IMSS, Zoé Robledo, en la conferencia de prensa mañanera del 23 de abril.
De acuerdo con información entregada por el IMSS a MCCI, la dependencia cuenta con 1,421 ambulancias, de las cuales 605 son propias y 816 han sido subrogadas en los años 2019 y 2020, aunque la dependencia no aclaró cuántas de estas fueron contratadas exclusivamente para la pandemia.
Estas ambulancias deben brindar atención a las más de 1,500 clínicas médicas familiares, 236 hospitales generales, 36 hospitales de alta especialidad y las 25 Unidades Médicas de Alta Especialidad distribuidas en el país, en traslados interhospitalarios, no para emergencias de derechohabientes.
Dentro de la norma, pero sin atender urgencias
El ISSSTE cuenta con 1,096 ambulancias para sus 13.5 millones derechohabientes en las 32 entidades, según informó Comunicación Social de esa dependencia. Es decir, tiene el doble de lo que la OMS requiere tomando a cada derechohabiente como un habitante. Sin embargo, igual que el IMSS y la Secretaría de Salud, sus ambulancias únicamente funcionan para traslado entre hospitales, pero no para quien solicite una al 911 o al propio ISSSTE.
La Secretaría de la Marina y la Secretaría de la Defensa Nacional forman parte del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas (ISSFAM), que de acuerdo con información que brindó el área de comunicación social de SEMAR y de un informe de la Auditoría Superior de la Federación tienen al menos 1 millón 187 mil derechohabientes y cumple con el número de ambulancias recomendado por la OMS.
La Secretaría de Marina tiene 130 ambulancias en sus 13 bases navales, informó comunicación social de esa institución; mientras que la Secretaría de la Defensa Nacional cuenta con 570 en las 45 zonas militares del país, de acuerdo con lo dicho en conferencia de prensa por su titular, Luis Cresencio Sandoval el pasado 3 de abril del 2020.
La única dependencia del Gobierno Federal que se negó a transparentar la información fue Pemex, que aseguró que no tenían a la mano la información del número de ambulancias que disponen para sus 750 mil afiliados en el país.
En qué se van los enfermos
El último registro de la Asociación Nacional de Seguridad y Emergencias dice que en todo el país hay 8,750 ambulancias particulares, más que todas las que tienen las instituciones de salud federal juntas.
Medical Care Ambulancias, una empresa de ambulancias con sede en la Ciudad de México, cobra 2 mil pesos por el traslado de un paciente no Covid y el tiempo de espera aproximado es de 20 minutos. Si el paciente es trasladado a un hospital donde le dejan esperando afuera, la empresa da media hora de cortesía y después cobra 370 pesos por cada hora de espera afuera del hospital.
Para pacientes Covid el servicio de traslado tiene un costo de 9 mil pesos y un tiempo de espera aproximado de 45 a 60 minutos. Si al paciente se le hace esperar en el ingreso hospitalario se dan 45 minutos y después de eso se le cobran 600 pesos por cada hora de espera.
La Cruz Roja Mexicana ofrece el servicio de manera gratuita, pero cuenta con 2 mil 544 ambulancias en todo el país. Tan solo en 2019 la Cruz Roja Mexicana ofreció 1 millón 450 mil 468 servicios de ambulancia gratuitos, según su informe anual.
De acuerdo con una base de datos a la que tuvo acceso MCCI del Subsistema de Información de Equipamiento, Recursos Humanos e Infraestructura para la Atención de la Salud (SINERHIAS), la Secretaría de Salud cuenta con 2,679 ambulancias para los 1,395 hospitales que tiene en todo el país, pero no recoge pacientes graves para llevarlos al hospital, ni atiende accidentes.
Según la norma técnica de los Centros de Atención de Llamadas de Emergencias 911 una vez que una persona solicita atención de emergencia “el tiempo para localizar el lugar del incidente y efectuar la atención inmediata de la emergencia no deberá ser mayor de nueve minutos”.
Cuando una persona llama al 911 para pedir una ambulancia ésta se despacha junto con una patrulla, independientemente de la derechohabiencia de quien la solicita. Si bien algunas entidades preguntan si el paciente cuenta con algún tipo de servicio médico, la norma técnica de llamadas de emergencias no es específica sobre ese tema.
El 14 de octubre, el periódico Reforma publicó que el Insabi alistaba una compra de equipo para enfrentar la pandemia por 3 mil millones de pesos, entre las adquisiciones se incluía la compra de 570 ambulancias, sin embargo, hasta la publicación de esta nota fuentes oficiales no contaban con la información de cómo se distribuirán estos vehículos. Es decir, si esa compra se realiza el Sector Salud aumentaría en solo diez por ciento su inventario de esos vehículos para emergencias.
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Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad