Mi triunfo será sin fraude alguno: Meade

Fabiola Martínez y Enrique Méndez

José Antonio Meade Kuribreña, el primer candidato no militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), está convencido de que 90 días de campaña serán suficientes para remontar a Andrés Manuel López Obrador, quien aparece como puntero en las encuestas, y ganar la Presidencia. “Estoy absolutamente seguro de que voy a ganar”, subraya.

–¿Así, sin dudarlo? –se le pregunta, durante una amplia entrevista con La Jornada.

–Así de seguro. Si no, no le hubiera entrado –responde.

Para Meade, abogado por la Universidad Nacional Autónoma de México y economista por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, ex canciller, ex secretario de Hacienda y de Desarrollo Social, su eventual triunfo no se sustentará “en trampas, sino en propuestas”.

–El discurso apunta a “no voy a hacer fraude”– se le comenta.

–¡Claro que no voy a hacer fraude! Por supuesto que no.

En la conversación, realizada en sus oficinas de campaña, Meade considera que la postura de López Obrador de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAICM) es absurda y refleja autoritarismo. Además, defiende que no hay riesgo en las inversiones con el ahorro para el retiro de los trabajadores ni para los tenedores de bonos, porque las operaciones se hicieron, dice, sobre la base de que no hay posibilidad de vulnerar los contratos de la obra. Llevar el aeropuerto a Santa Lucía, resume, es una de las ideas de su opositor que le provocan pesadillas.

–¿Le alcanzarán 90 días de campaña para ganar?

–Sí, sin duda. La coalición (Todos por México, integrada por PRI, PVEM y Nueva Alianza) está bien estructurada y bien pensada, tenemos buenos candidatos, buenos perfiles, buenas propuestas.

“Y algo con lo que no contamos hasta ahora: utilizar la radio y la televisión para decir ‘aquí estamos’, ‘esto es lo que hemos hecho’, ‘esta es nuestra trayectoria’, ‘esto es lo que proponemos’, y que el ciudadano contraste.

“El modelo de comunicación política (electoral) previó cuatro etapas. Y en una de éstas hubo abusos, inequidades. La interpretación de Andrés Manuel y Ricardo Anaya del uso de espacios para promover valores democráticos les permitió usarlos para su imagen, lo que generó una inequidad importante.

“El uso de medios masivos para llamar al voto apenas empezó (el viernes) y ahora sí, en condiciones de equidad, presentarnos al electorado, contrastar ideas, hacer propuestas y contrastar perfiles. Y lo haremos como la alternativa que más ha crecido, la única que empezó desde cero.

–Dice que sí es posible remontar y ganar, pero ¿cómo convencer a los electores que así fue realmente? Para que no se suelte el tigre.

–Les doy tres ejemplos: en la elección de 2000 el que tenía la delantera el 30 de marzo, perdió; en la de 2006, el que llevaba la delantera el 30 de marzo, perdió, por cierto, ya saben quién, al que le va a volver a pasar ya saben qué, y en 2012, el que llevaba la delantera perdió 20 puntos.

“Esto es, la fotografía que vemos en marzo no es la misma que veremos en junio. En general, en las tres elecciones recientes hemos visto que el primer trimestre no presagia un buen segundo. Prefiero un buen segundo trimestre, que me llevará a ganar la elección.

El plan

–¿Por qué le dan pesadillas las propuestas de López Obrador?

–He propuesto una estrategia de prevención transversal, no dejar que llegue el dinero y las armas a la delincuencia organizada; mejorar las capacidades de la policía y el marco de coordinación.

“Andrés Manuel lo que propone es una política de seguridad que descansa en una amnistía, sacar a los criminales de la cárcel y permitirles que regresen a las comunidades que vulneraron. Eso a mí me preocupa.

“En la reforma educativa nuestra apuesta es por los niños. Andrés Manuel quiere un convenio con la Coordinadora (Nacional de Trabajadores de la Educación) que vuelve a mantener a nuestros hijos rehenes de intereses político-electorales o sindicales.

“En un país enojado por la corrupción he propuesto eliminar el fuero, pero lo que escuchamos de Andrés Manuel es que, a su juicio, el combate a la corrupción es una moda. ¿Y de quién se ha rodeado? De Napoleón (Gómez Urrutia), de Nestora (Salgado). Perfiles francamente preocupantes.

“Un ejemplo concreto y claro: el NAICM. Escuchamos que, violentando el estado de derecho, los contratos, lo que plantea es cancelarlo y llevárselo a la base aérea de Santa Lucía, que no es viable. No hay una sola propuesta que tenga sentido.

“Es una personalidad autoritaria, que no acepta crítica ni divisiones, que no respeta la división de poderes, no le interesa dialogar con el Congreso, que le parece que la Suprema Corte de Justicia está maiceada y ha planteado desaparecerla.

“A mí todos esos elementos sí me generan una gran preocupación”, asegura.

–¿No le parece que debe abrirse una mesa de diálogo para el aeropuerto?

–No, me parece que no.

–¿Por qué, si hay opiniones técnicas encontradas?

–No, no las hay.

“A ver, la obra se analiza desde hace dos décadas. Claramente son incompatibles la terminal actual y Santa Lucía. El aeropuerto tiene dos pistas, pero por la cercanía entre ambas, es prácticamente una y media. En eso no hay litis, los técnicos tienen un consenso.

“Cancelar la obra es un planteamiento absolutamente absurdo, que llevaría al país a un retraso total, porque pone de relieve esta visión autoritaria de ‘porque lo digo yo, no me importan los expertos, los contratos, la competitividad de la ciudad, lo que se ha invertido; porque yo lo digo, lo detengo’. Ese no es el modelo que queremos para el país.”

–¿Por qué se financia el nuevo aeropuerto con las Afore?

–Están invirtiendo en un proyecto que tiene una rentabilidad.

–¿Y el posible riesgo para los trabajadores?

–De nuevo, no hay riesgo. Si somos un país con estado de derecho, lo que están haciendo las Afore es invertir en un proyecto técnicamente avalado, bien ejecutado, que tiene una rentabilidad en favor de los trabajadores.

“Y, ciertamente, nadie prevé que en México haya una regresión autoritaria y que, por voluntad del Ejecutivo, se violenten los contratos.

“Luego entonces, la inversión de Afore, tenedores de bonos, inversionistas institucionales, es sobre la base de un país con trayectoria de cumplimiento de contratos de décadas, en donde no hay absolutamente ninguna posibilidad de que los contratos se vulneren en perjuicio de persona alguna”.

–¿Lo que nos quiere decir es que si gana López Obrador y se cierra la obra, sí existe riesgo para el ahorro de los trabajadores? ¿De lo contrario no?

–A ver, yo creo que no va a ganar Andrés Manuel, pero si uno es respetuoso del estado de derecho y cree en las instituciones, debería tener la certeza, y México debería de darla, porque no hay un acto de autoridad que pueda constitucionalmente poner en peligro y violar contratos que se dieron en el marco de la ley.

–La duda también es porque en muchos proyectos unas cuantas empresas son las privilegiadas. Ahí está el rescate a ICA con los ahorros del Pensionissste.

–Bueno, eso no se pelea. Se puede revisar el caso.

“En ICA se invirtió antes de que entrara en proceso de concurso, con cargo a las definiciones que tomó un comité de inversión, que pueden ser revisadas, y si se violentó la ley, que sean castigadas, pero eso no invalida el contrato y el proyecto, no cambia la naturaleza de nuestra realidad geoespacial.

“Supongan, en el extremo, de que en un contrato se violó una disposición y porque hubo una mala asignación de tres camiones de volteo, se lleve el proyecto a Santa Lucía”.

–¿Entonces no se va a sentar en la mesa propuesta por el Consejo Coordinador Empresarial?

–Para efectos de comparecer a expresar mi convicción, ¡encantado!

–En la ceremonia para recordar a Luis Donado Colosio habló de no abrir la puerta en la campaña a una “minoría delincuencial”. ¿Se refería al PRI?

–Me refiero a cualquiera, dentro o fuera del PRI, de cualquier espacio, de cualquier camino.

–En el tricolor hay una máxima: que el candidato no hace ganar al partido, sino el partido al candidato. ¿Está vigente?

–Es el equipo, es la coordinación de perfiles y propuestas.

“En el mundo se vota por los candidatos con el acuerdo de sus partidos. Tenemos una coalición bien articulada, que hace equipo con un ciudadano, que acrecienta su experiencia, vida y propuestas para generar confianza, convicción y tranquilidad”.

–¿Y también la maquinaria?

–Eso es cierto en todos los partidos. Hay militancia, emoción, decisión, convicción de participar y gestionar.

“La fórmula natural de participación política tiene que ver con un engranaje: el militante que impulsa la necesidad de su vecindad, de su sección, de su sector, de su organización, que quiere ver reflejada en una plataforma y convertida en un programa de gobierno”.

Durante la conversación, también reconoce que “hay un México que es profundamente desigual” y que casos emblemáticos de justicia, como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida en 2014, son resultado de un problema “más amplio, estructural, relacionado con el reto de impunidad que tenemos”.

Ejemplifica: “En México, el número de sentencias por homicidio son apenas una fracción de los delitos cometidos. Eso quiere decir que permanentemente hay heridas pendientes de reparación del daño.

“Y si no logramos justicia para cada uno de los homicidios, nos costará mucho avanzar en materia de seguridad, en construir un espacio de unidad, autoridades creíbles, un Poder Judicial que funcione y un Ministerio Público que actúe con responsabilidad. Y ello nos lleva de manera natural al tema de la corrupción, que tiene una raíz compartida con la violencia: la impunidad”.

Respecto de los normalistas desaparecidos, Meade considera que las investigaciones deben continuar. “En la medida en que persistan dudas, cabos sueltos, que falte la satisfacción, la reparación del daño, es un tema sobre el que debemos seguir avanzando”, indica.

–¿Qué mensaje le da a los padres de los estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa?

–Que vamos a seguir trabajando, de manera cercana, profesional, hasta agotar todas y cada una de las líneas de investigación.

–Hay un drama nacional: la desaparición de personas y la desaparición forzada. ¿Cuál es su propuesta para erradicar esta última?

–Hay que distinguir: la no localización, que requiere un padrón actualizado, revisado, vigente, y la desaparición forzada. No implica el mismo fenómeno, porque ésta implica la presencia de alguna autoridad.

“Tenemos los dos retos como país. Hay una agenda legislativa que, a mi juicio, es importante se apruebe pronto y contar con más elementos para darle un seguimiento más efectivo y puntual.

“En México no debiera haber ninguna desaparición forzada, ninguna autoridad que se prestara siquiera a la sospecha.

“Trabajamos mucho el tema en la cancillería. Hay experiencias en el resto del mundo: en Estados Unidos hay un padrón también de no localizados y un ejercicio puntual de desaparición forzada. En México tenemos que hacer ambos”.

–La carga de las personas no localizadas y la desaparición forzada, desde la sociedad civil, siempre es para el gobierno en turno.

–Hicimos un ejercicio que resultó muy útil para orientar el trabajo de gobierno y sería parte de la próxima administración: un levantamiento con diferentes dimensiones.

“Revisamos las imputaciones de la sociedad civil en México, los casos en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y los reportados en alguna instancia de relatoría. Se hizo un registro de casi 270 casos, desde violaciones de derechos humanos de reporteros, homicidios de periodistas y defensores de derechos humanos, desapariciones forzadas, tortura.

“Integramos un grupo de seguimiento mensual, con interlocución con cada una de las jurisdicciones y de las instancias involucradas para, por un lado, ver qué aprendíamos de cada caso y buscar, con una buena política pública, evitar que se volvieran a dar nuevos. Y, además, nos da una reparación del caso histórica.

“Es un ejercicio que ayuda a darle transparencia, objetividad, seguimiento y rendición de cuentas a los retos que tenemos en materia de derechos humanos”.

–En su toma de protesta como candidato anunció un “gobierno a la medida” de cada ciudadano. ¿Cómo resume ese proyecto y qué diferencia hace con el asistencialismo?

–Tiene que ver con la experiencia de la estrategia de inclusión social (en la Secretaría de Desarrollo Social). Cambiamos la forma de enfrentar la pobreza. La idea es ubicarse en la circunstancia de cada mexicano y ver qué instrumento de gobierno le garantiza los seis derechos sin los cuales hay carencia: salud, educación, seguridad social, vivienda, servicios de vivienda y alimentación.

“En la más reciente evaluación del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el mejor bienio fue 2014-2016: 2 millones de pobres menos, en términos de pobreza extrema, y abatimos prácticamente todas las carencias. Y la inclusión es justo lo contrario del asistencialismo. Parte de la idea de que, si se ejercen esos derechos, el mexicano tiene capacidad de que su esfuerzo rinda frutos.

“Justamente, el hecho de no tomar en serio esos derechos nos llevó a que el asistencialismo, que se quedó corto, fuera la única avenida para tratar de romper el reto de pobreza”.

–¿Homologaría el IVA?

–Depende. La agenda fiscal es inacabada, tiene que revisarse cada año, en función de lo que suceda en otras jurisdicciones en el país.

–¿Qué responde cuando se insiste en que es el “padre del gasolinazo”?

–El precio de la gasolina se determina conforme al precio internacional, luego entonces pues sube y baja conforme cambian esas condiciones. Fue una decisión legislativa previa a mi gestión en Hacienda.

–¿Usará el avión presidencial?

–Voy a cumplir mi función con la misma honorabilidad, transparencia y eficacia con que me he desempeñado los 20 años recientes.

Fuente: AGENCIAS

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