Migrantes en la frontera sur de México recurren al trabajo informal

Ante la falta de regularización, miles de migrantes se emplean en oficios precarios en Tapachula.

A dos meses del inicio de la presidencia de Donald Trump, miles de migrantes han abandonado su travesía hacia Estados Unidos y ahora sobreviven con empleos informales en la frontera sur de México. En Tapachula, Chiapas, la ciudad más grande del límite sur, se desempeñan como albañiles, pintores, camareros, comerciantes, carpinteros, enfermeros e incluso trabajadores sexuales, ante la tardanza del Gobierno mexicano para regularizar su situación migratoria o concederles asilo.

Uno de estos migrantes es Alexander Barrera Serrano, originario de Cuba, quien llegó a Tapachula hace dos años y optó por la economía informal tras enfrentar la burocracia de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), que le ha negado el asilo en dos ocasiones. Para subsistir, se asoció con un mexicano y abrió una carpintería donde elabora muebles. “Yo hago todo el mueble que se pueda: camas, sillas, lo que sea. Fue difícil porque venimos sin recursos”, relata Barrera.

La situación de los migrantes se ha vuelto más compleja con las nuevas políticas migratorias de Trump, que incluyen deportaciones masivas y la cancelación de la aplicación ‘CBP One’, utilizada para solicitar asilo desde las fronteras de México. Según Luis Rey García Villagrán, presidente del Centro de Dignificación Humana (CDH), alrededor de 30 mil migrantes trabajan en condiciones precarias. “Ganan 180 pesos por jornadas de 12 horas, desde las tres de la mañana hasta la tarde”, denunció.

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En el caso de los migrantes mexicanos deportados, el Gobierno de México les otorga la ‘Tarjeta Bienestar Paisano’ con un apoyo de 2 mil pesos y asistencia para encontrar empleo. Sin embargo, los extranjeros no reciben beneficios similares, lo que los obliga a buscar alternativas para sobrevivir mientras esperan una resolución de su estatus migratorio.

Dilan Nieves, un migrante venezolano, ha decidido quedarse en Tapachula debido a las restricciones para cruzar a Estados Unidos. Actualmente trabaja vendiendo pan y ha invertido en una motocicleta para mejorar sus ingresos. “Prefiero trabajar que pedir dinero. En Venezuela era operador de maquinaria pesada, pero el salario era muy bajo”, comenta Nieves.

A pesar de las dificultades, algunos migrantes aprovechan su tiempo en Tapachula para capacitarse en artes y oficios en el Centro de Desarrollo Comunitario (Cedeco), donde decenas de haitianos y centroamericanos esperan la resolución de sus trámites.

México se ha convertido en el tercer país con más solicitudes de asilo en el mundo, solo por detrás de Estados Unidos y Alemania, con 78 mil 975 peticiones en 2024, según cifras del Gobierno mexicano.

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