Moody’s Ratings anunció el jueves un cambio en la perspectiva de México, que pasa de estable a negativa, manteniendo la calificación soberana en “Baa2”. La decisión se fundamenta en un debilitamiento de los marcos políticos e institucionales del país, lo que podría afectar su desempeño fiscal y económico.
La agencia crediticia argumenta que este cambio se debe a la percepción de un “debilitamiento del marco institucional y de formulación de políticas”, lo que podría impactar negativamente en los resultados fiscales y económicos. En particular, Moody’s expresó su preocupación por la reciente reforma al Poder Judicial, que permite que jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte sean electos por voto popular. Esta medida podría erosionar los controles y equilibrios del sistema judicial, generando posibles repercusiones adversas en la fortaleza económica y fiscal del país.
Además, Moody’s advirtió sobre la creciente probabilidad de que los pasivos contingentes de la petrolera estatal Pemex se materialicen en el balance del gobierno. Esto, combinado con la falta de medidas para restablecer la sostenibilidad de la deuda a largo plazo de la empresa, podría mantener los riesgos fiscales para el gobierno.
En respuesta, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) emitió un comunicado en el que reafirma la calificación crediticia de México. La SHCP destacó que el ajuste en la perspectiva no necesariamente implica una rebaja en la calificación, sino que es un análisis precautorio del balance de riesgos percibido. Además, la Secretaría señaló que Moody’s no contaba con información sobre el Presupuesto de 2025 ni sobre la política fiscal propuesta para el próximo año al momento de emitir su evaluación. Esta información será presentada al Congreso de la Unión este viernes, lo que podría influir en futuras decisiones de la calificadora.