El Gobierno federal declaró emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor ante la pandemia del COVID-19 y alargó hasta el 30 de abril la suspensión de actividades no esenciales en los sectores público, privado y social.
El canciller, Marcelo Ebrard, dijo que la decisión se tomó ante el aumento de casos confirmados de coronavirus, que pasaron de 993 a mil 094 entre domingo y lunes.
En el anuncio se indicó que las empresas que se nieguen a respetar los derechos de los trabajadores y que operen mientras dure la emergencia enfrentarán desde multas hasta responsabilidades penales si se demuestra que provocaron algún contagio, informó el Gobierno.
Anoche circuló un acuerdo en el que se señala que no pararán actividades, por considerarse esenciales, los sectores financiero, de distribución de venta de energéticos, supermercados, tiendas de autoservicio y abarrotes, servicios de transporte de pasajeros y carga, guarderías y estancias infantiles, asilos, aeropuertos y puertos, entre otros.
La declaratoria permite a la Secretaría de Salud dictar las acciones para atender la emergencia, garantizar el abasto de alimentos y proteger a compañías y trabajadores.
Se exhortó a la población a resguardarse en casa, y de manera estricta a los mayores de 60 años, mujeres embarazadas y personas con hipertensión, diabetes o enfermedades cardiacas. Son los más vulnerables.
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