MRS / Revista Punto de Vista / 28 de Noviembre 2023
El año 2023 quedará marcado en la memoria colectiva de México como un periodo en el que la escasez de medicamentos se convirtió en una sombra oscura que acechó a la salud de miles de ciudadanos. La falta de acceso a tratamientos esenciales derivó en una consecuencia fatal: al menos el 20% de las personas que perdieron la vida en ese año no recibieron la atención médica necesaria o no pudieron encontrar los fármacos cruciales para su supervivencia.
La situación de desabasto de medicamentos en México ha sido un problema persistente, pero en 2023 alcanzó proporciones alarmantes. La falta de suministros médicos esenciales no solo puso en riesgo la vida de pacientes crónicos, sino que también cobró un alto precio en vidas humanas. Familias enteras se vieron enfrentadas a la impotencia de no poder acceder a los tratamientos necesarios para sus seres queridos, y los hospitales se vieron desbordados por la demanda de medicamentos que simplemente no estaban disponibles.
La crisis del desabasto de medicamentos no solo afectó a aquellos que padecían enfermedades crónicas, sino también a pacientes en situaciones de emergencia. La falta de medicamentos básicos en los hospitales complicó los esfuerzos de los médicos y profesionales de la salud para salvar vidas. En muchos casos, los galenos se vieron obligados a tomar decisiones difíciles sobre a qué pacientes podían atender y a cuáles no, dejando a algunos sin la atención médica necesaria para sobrevivir.
Esta tragedia silenciosa resalta la necesidad urgente de abordar las deficiencias en el sistema de distribución de medicamentos en México. La falta de una infraestructura sólida y la burocracia que rodea la adquisición y distribución de medicamentos han contribuido a esta crisis, dejando a miles de personas vulnerables a condiciones de salud que podrían haberse tratado de manera efectiva.
Es imperativo que el Gobierno de México tome medidas concretas para abordar este problema de raíz. Se requiere una revisión exhaustiva de los procesos de adquisición y distribución de medicamentos, así como una mayor inversión en la infraestructura de salud para garantizar que los ciudadanos tengan acceso a tratamientos vitales cuando más los necesiten.
Además, es fundamental involucrar a la sociedad en este debate. La transparencia en la gestión de recursos y la participación ciudadana son cruciales para exigir rendición de cuentas a las autoridades y asegurar que la salud de la población no sea sacrificada en aras de intereses políticos o económicos.
El desabasto de medicamentos en México en 2023 fue más que una crisis de suministros; fue una tragedia evitable que arrebató vidas y dejó cicatrices indelebles en la sociedad. Aprender de esta dolorosa experiencia es crucial para construir un sistema de salud más resiliente y centrado en las necesidades reales de la población. La salud de un país es el reflejo de su compromiso con el bienestar de sus ciudadanos, y es hora de que México actúe con determinación para evitar que una tragedia como esta vuelva a ocurrir.
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