Opinión – El desafío de la vicepresidenta de la FUP

Por: Karla Olivia Montante Medina

Karla Olivia Montante Medina / Revista Punto de Vista / 27 de Mayo 2023

Como estudiante comprometida y observadora de los acontecimientos en nuestra universidad, no puedo ignorar la valiente intervención de la vicepresidenta de la Federación Universitaria Potosina (FUP), Mariana Ponce, durante la reciente sesión del Consejo General Universitario. Sus palabras reflejan una realidad preocupante y merecen ser atendidas con seriedad.

Es lamentable que en pleno siglo XXI, aún existan intentos de invisibilizar y menospreciar a las mujeres en el ámbito académico y de liderazgo. Mariana Ponce señala claramente a los funcionarios subalternos, el secretario general Federico Garza Herrera y el secretario particular Jorge Mascareñas, por tratos indignos hacia ella y su equipo de trabajo. Estas acciones van en contra de los principios de igualdad y respeto que deberían prevalecer en una institución educativa.

Es importante destacar que la crítica de Mariana Ponce no se basa únicamente en su género, sino también en la diferencia de trato que ha recibido en comparación con sus antecesores masculinos en el mismo cargo. Esto plantea la pregunta de si existen prejuicios de género dentro de la universidad que influyen en la manera en que se percibe y se trata a las mujeres en posiciones de liderazgo.

Es evidente que Mariana Ponce ha ganado el respaldo y el apoyo de una amplia base estudiantil, lo cual la legitima en su posición como vicepresidenta de la FUP. Por lo tanto, merece ser tratada con el mismo respeto y consideración que cualquier otro líder estudiantil, independientemente de su género.

Es alentador ver cómo Mariana Ponce alza la voz en nombre de todas las mujeres que han sido silenciadas y menospreciadas en el pasado. Su determinación y su llamado a la acción deben ser tomados en cuenta por el rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Alejandro Zermeño Guerra. Como autoridad máxima de la institución, es su responsabilidad garantizar que se respeten los derechos y la dignidad de todos los estudiantes y líderes estudiantiles.

Es fundamental que el rector tome medidas concretas para abordar las preocupaciones planteadas por Mariana Ponce y asegurar que se ponga fin a cualquier forma de discriminación de género en la universidad. Todos los estudiantes, sin importar su género, merecen ser valorados por sus capacidades, talentos y logros.

En última instancia, esta situación ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la igualdad de género en nuestra sociedad y cómo se refleja en nuestras instituciones educativas. Solo cuando seamos capaces de superar los estereotipos de género y brindar un trato justo a todas las personas, sin importar su género, podremos construir una comunidad universitaria inclusiva y equitativa.

Espero sinceramente que el rector Zermeño Guerra tome en serio las preocupaciones planteadas por Mariana Ponce y trabaje en colaboración con la vicepresidenta de la FUP para abordar esta situación de manera efectiva. Solo así podremos asegurar que las mujeres no sean silenciadas ni invisibilizadas en el futuro y que prevalezca la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes de nuestra Alma Mater, la UASLP.

Karla Olivia Montante Medina

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