MRS / Revista Punto de Vista / 25 de Enero 2024
En el camino hacia las elecciones federales, el Frente Opositor conformado por el PRI y el PAN ha tomado decisiones que generan un cuestionamiento fundamental sobre su compromiso con la apertura democrática y la inclusión de nuevos actores en la política mexicana. La definición de perfiles para las candidaturas plurinominales revela una preferencia marcada por dirigentes partidistas en lugar de cumplir la promesa de dar espacio a ciudadanos comunes.
La noche pasada, la Comisión Política Permanente del PRI aprobó la lista de aspirantes a diputados federales y senadores, y la sorpresa fue mínima al observar que dirigentes nacionales y actuales legisladores encabezaban la mayoría de las posiciones. La promesa de abrir espacio a ciudadanos parece diluirse en favor de la continuidad de caras conocidas.
En el Senado, la lista destaca a Alejandro Moreno, dirigente nacional y actual diputado del tricolor, así como a Carolina Viggiano, secretaria general del partido y diputada hidalguense. La inclusión de figuras como Manlio Fabio Beltrones, líder cetemista Carlos Aceves del Olmo, y la diputada federal Ana Lilia Herrera plantea interrogantes sobre la renovación y apertura del partido a nuevas voces.
El comunicado oficial del PRI presume la postulación de los “mejores perfiles”, pero la ciudadanía podría preguntarse si estas designaciones realmente representan la pluralidad y diversidad que la democracia requiere. La política mexicana ha sido testigo de una demanda constante de renovación y apertura a ciudadanos comprometidos, pero estas candidaturas parecen apuntar en la dirección opuesta.
En el ámbito de San Lázaro, las candidaturas no se quedan atrás en sorpresas. El sobrino de Alejandro Moreno, Christian Castro Bello, quien previamente perdió la elección de Gobernador de Campeche, y Sylvana Beltrones, hija de Manlio Fabio Beltrones, buscan mantenerse en la escena política. Esto plantea la interrogante de si estamos ante una verdadera apertura a nuevas ideas o simplemente ante la continuidad de dinastías políticas.
Mientras Alejandro Moreno alardea sobre la postulación de mujeres y hombres con “trayectoria, experiencia y capacidad”, la ciudadanía podría cuestionar si estas cualidades no deben estar acompañadas también por la novedad y la representación genuina de la diversidad de voces en México.
En el PAN, la historia no es muy diferente. La Comisión Permanente palomeó sus candidatos, excluyendo al senador Germán Martínez Cázares después de una acalorada discusión. Aunque las disputas internas son comunes en cualquier partido, la decisión de excluir a un ex morenista plantea preguntas sobre la tolerancia a voces disidentes y la verdadera apertura a diversas corrientes ideológicas.
La política, para ser un reflejo genuino de la voluntad popular, debe abrir sus puertas a ciudadanos comprometidos, independientemente de su filiación partidista previa. La conformación de las listas plurinominales es una oportunidad perdida para demostrar que el Frente Opositor está dispuesto a romper con la vieja política y a abrazar una renovación auténtica.
En el panorama actual, donde la ciudadanía demanda transparencia, rendición de cuentas y participación activa, las decisiones internas de los partidos son cruciales. El Frente Opositor tiene la oportunidad de demostrar que su compromiso con la democracia va más allá de las palabras, abriendo espacios significativos para nuevos rostros y nuevas ideas. La verdadera fortaleza de una democracia reside en su capacidad para evolucionar y adaptarse, y el Frente Opositor no debería perder de vista este principio fundamental.