MRS / Revista Punto de Vista / 16 de Agosto 2023
Resulta alarmante la indolencia con la que el gobernador Cuitláhuac García ha enfrentado los recientes acontecimientos en Veracruz. La masacre descubierta en Poza Rica, donde se encontraron cuerpos desmembrados almacenados en congeladores dentro de una casa, debería ser motivo de profunda preocupación y acción inmediata. Sin embargo, parece que el impacto de este acto tan salvaje no inquieta al mandatario morenista.
La situación en Veracruz es indignante. La noticia de 13 cadáveres desmembrados es suficientemente aterradora, pero las estimaciones apuntan a que la cifra real podría superar los 30. Este hecho en sí mismo ya es un reflejo de la crueldad y la violencia que se han apoderado de ciertas partes del estado. Pero lo que es aún más preocupante es el clima de impunidad que parece reinar en la región, permitiendo que este tipo de crímenes atroces ocurran impunemente.
No se puede ignorar el hecho de que la impunidad es el caldo de cultivo en el que florecen estas atrocidades. Es el ambiente en el que los delincuentes se sienten libres de actuar sin temor a consecuencias reales. Mientras el gobernador Cuitláhuac García se enfoca en perseguir y hostigar a sus opositores políticos, así como a los medios de comunicación, los verdaderos responsables de crímenes brutales parecen moverse sin restricciones.
Es crucial recordar que el papel de un líder político no se limita a su agenda partidista. La protección y el bienestar de los ciudadanos son su responsabilidad primordial. La falta de una respuesta contundente y eficiente frente a esta masacre deshumaniza la función del gobierno y pone en duda su compromiso con la seguridad y el bienestar de los veracruzanos.
La sociedad merece un liderazgo que no solo busque culpables, sino que también trabaje incansablemente para prevenir y erradicar la violencia. Es imprescindible que el gobernador Cuitláhuac García reconozca la gravedad de la situación y tome medidas contundentes para poner fin a la espiral de impunidad y violencia que aqueja al estado.
¿Cuando será el día que las autoridades asuman su responsabilidad de manera integral para brindar a la sociedad una sensación de seguridad y justicia que tanto necesita?. La impunidad no puede ser tolerada ni aceptada como una realidad inmutable. La indolencia gubernamental debe ser reemplazada por un compromiso genuino con la paz y la seguridad de Veracruz y sus habitantes. Es urgente comenzar a sanar las heridas de una sociedad que ha sufrido demasiado tiempo a manos de la violencia y la falta de acción.
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