MRS / Revista Punto de Vista / 27 de Junio 2023
La falta de transparencia en el manejo del gasto público en México ha sido motivo de preocupación y descontento en los últimos años. El anuncio de que el gasto público de 2022 fue el más grande registrado en la historia del país, con un aumento significativo de 507 mil 595 millones de pesos por encima de lo planificado, plantea interrogantes sobre la supuesta austeridad que ha promovido el gobierno.
Resulta evidente que la austeridad es una mentira cuando se examina la distribución de este presupuesto récord. Las secretarías que experimentaron las mayores ampliaciones presupuestales y reasignaciones fueron la Secretaría de Energía (Sener), la Secretaría de Hacienda (SHCP), la Secretaría de Turismo (Sectur) y la Secretaría de Gobernación (Segob). Sorprendentemente, incluso la Secretaría de la Defensa (Sedena) disfrutó de un aumento porcentual del 36%.
Mientras algunas áreas del gobierno se beneficiaron con estas ampliaciones presupuestales, otras sufrieron recortes. Dos de las áreas más importantes y sensibles que fueron afectadas fueron las instituciones de salud y la seguridad pública civil. Es incomprensible cómo, con el presupuesto más grande en la historia del país, el gobierno del presidente AMLO decidió hacer recortes en sectores cruciales para el bienestar y la seguridad de la población.
Es preocupante la falta de transparencia en relación con los recortes en el sector de la salud. Al tratar de obtener información sobre la justificación y los detalles de las reasignaciones presupuestales de la Secretaría de Salud, nos encontramos con la negativa de proporcionar dicha información, alegando reserva. Además, la ausencia del Pleno del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) dificulta aún más el acceso a la información.
La opacidad en el manejo de los recursos públicos y la falta de rendición de cuentas generan desconfianza y es un obstáculo para el fortalecimiento de la democracia en México. Los ciudadanos tenemos el derecho de conocer cómo se utiliza nuestro dinero y qué justifica los recortes en áreas fundamentales como la salud y la seguridad pública civil.
Es fundamental que el gobierno sea transparente en sus acciones y proporcione información clara y detallada sobre el destino de los recursos públicos. La rendición de cuentas es un pilar fundamental de cualquier democracia, y México no debería ser la excepción.
El presupuesto récord de 2022 debería haber sido una oportunidad para fortalecer los sectores prioritarios y mejorar la calidad de vida de los mexicanos. Sin embargo, la falta de transparencia y la asignación desigual de recursos nos llevan a cuestionar las verdaderas intenciones del gobierno. Es necesario que se establezcan mecanismos efectivos de supervisión y control para garantizar que los recursos públicos se utilicen de manera responsable y en beneficio de la sociedad en su conjunto.
El gasto público récord de 2022 en México revela una falta de congruencia entre la retórica gubernamental de austeridad y la realidad de las ampliaciones presupuestales. Los recortes en instituciones de salud y seguridad pública civil, sumados a la falta de transparencia en la justificación de estas decisiones, generan descontento y desconfianza en la ciudadanía. Es imperativo que el gobierno rinda cuentas y garantice una distribución equitativa y responsable de los recursos públicos para el beneficio de todos los mexicanos.
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