MRS / Revista Punto de Vista / 31 de Agosto 2023
El escenario político mexicano se ha sacudido con un anuncio que ha dejado a muchos perplejos y ha despertado preguntas profundas sobre el destino del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Alejandro Moreno, conocido como “Alito”, el líder del PRI, sorprendió a propios y extraños al anunciar su respaldo a Xóchitl Gálvez, candidata del Partido Acción Nacional (PAN), en lo que se perfila como una candidatura única para el Frente Amplio por México. Esta decisión inusual no solo dejó a Beatriz Paredes, la aspirante priista, en la estacada, sino que también marcó un hito histórico: la primera vez en sus 93 años de historia que el PRI respalda a alguien afiliado a otro partido político como su candidata presidencial. ¿Qué significa esta traición política y qué implicaciones tiene para el futuro del PRI?
La noticia del respaldo de “Alito” Moreno a Xóchitl Gálvez fue un golpe inesperado para muchos observadores políticos y miembros del PRI. Beatriz Paredes, la aspirante que había trabajado arduamente para ganarse la candidatura presidencial de su partido, se vio traicionada en un movimiento que desafía la tradición y la lógica política. La rapidez con la que se tomó esta decisión, con una encuesta aparentemente manipulada y acuerdos oscuros entre las cúpulas, solo ha aumentado la controversia en torno a esta traición.
El PRI ha sido una figura dominante en la política mexicana desde su fundación en 1929. Durante décadas, mantuvo un control casi absoluto sobre el país, gobernando de manera ininterrumpida hasta el año 2000. Sin embargo, su influencia se ha ido desvaneciendo gradualmente en los últimos años, y esta traición a su propia candidata parece ser un punto de no retorno.
La decisión de respaldar a un candidato de otro partido representa un cambio sísmico en la política mexicana y en la historia del PRI. Tradicionalmente, el PRI se ha caracterizado por su maquinaria política implacable y su lealtad interna. Ahora, con su líder anunciando abiertamente su apoyo a un candidato de la oposición, el PRI enfrenta una crisis de identidad que podría sellar su destino.
La traición de “Alito” Moreno ha dejado un sabor amargo en la boca de los verdaderos priistas, aquellos que han dedicado su vida al partido y que ven esta acción como un acto de traición a los principios fundamentales del PRI. “Alito” Moreno es ahora visto por muchos como un líder torpe, corrupto, traidor y sinvergüenza que ha acelerado la decadencia de un partido que ya estaba en declive.
La pregunta que queda en el aire es si esta traición significa el final del PRI como lo conocemos. Si bien el partido ha enfrentado desafíos en el pasado, la magnitud de esta traición y su impacto en la percepción pública podrían ser insuperables. La decisión de “Alito” Moreno podría empujar a más miembros del PRI a abandonar el barco en busca de nuevos horizontes políticos, lo que debilitaría aún más a la organización.
La traición de “Alito” Moreno y su respaldo a Xóchitl Gálvez han enviado ondas de choque a través del panorama político mexicano. Esta traición representa un momento histórico en la política mexicana y plantea preguntas cruciales sobre el futuro del PRI. ¿Será esta la acción que marque el principio del fin del partido que alguna vez dominó la política mexicana? Solo el tiempo dirá, pero una cosa es segura: el PRI nunca será el mismo después de esta traición.
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