MRS / Revista Punto de Vista / 23 de Agosto 2023
En la agitada arena política, la confrontación y las tensiones son moneda corriente, y el respeto mutuo entre adversarios parece ser una cualidad en peligro de extinción. Un reciente episodio en San Luis Potosí puso de manifiesto estos desafíos, cuando el exintegrante del gabinete y aspirante a la alcaldía de la capital potosina, Leonel Serrato Sánchez, lanzó una serie de insultos y amenazas contra el gobernador Ricardo Gallardo Cardona. Ante esta situación, la respuesta del gobernador destaca por su madurez política al optar por la mesura y el respeto.
La política mexicana, como en muchos otros lugares, no es ajena a las tensiones y conflictos inherentes a la competencia democrática. En este caso, Leonel Serrato, en su búsqueda por obtener la candidatura de Morena para la alcaldía de la capital potosina, ha optado por un enfoque que ha suscitado preocupación y debate en la opinión pública: la difamación sin pruebas y las acusaciones sin fundamento.
La difamación y la calumnia, aunque lamentablemente no son extrañas en la política, son prácticas que socavan la integridad del proceso democrático. Acusar sin pruebas y lanzar insultos no solo es una estrategia arriesgada, sino que también erosiona la confianza del público en el sistema político y en los propios actores involucrados.
En este caso, Leonel Serrato ha sobrepasado los límites del respeto al acusar al gobernador Gallardo Cardona sin presentar evidencia sustancial que respalde sus afirmaciones. En lugar de basar sus críticas en argumentos sólidos y propuestas políticas, ha optado por la retórica agresiva y la descalificación personal.
Frente a esta avalancha de ataques, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona ha elegido una respuesta que destaca por su sensatez y madurez política. Al declarar: “La gente se da cuenta quién es el revoltoso, nosotros vamos a seguir manteniéndonos respetuosos con Leonel Serrato,” Gallardo Cardona ha demostrado su compromiso con el respeto en la esfera política.
En lugar de responder a los insultos con más insultos, el gobernador ha optado por mantener la dignidad de su cargo y enfocarse en su labor al frente del estado. Esta actitud refuerza la importancia de mantener un diálogo civilizado y constructivo en el ámbito político, incluso en medio de desafíos y provocaciones.
El caso de Leonel Serrato y Ricardo Gallardo Cardona en San Luis Potosí es un recordatorio de los desafíos que enfrenta la política en la era moderna, donde la difamación y las acusaciones sin pruebas a menudo se anteponen al debate de ideas y a la construcción de soluciones para los ciudadanos. El gobernador Gallardo Cardona, con su respuesta medida y respetuosa, ha enviado un mensaje claro sobre la importancia de la dignidad y el respeto en la política, y cómo estas cualidades pueden marcar la diferencia en un ambiente político polarizado.
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