Opinión – Marcelo Ebrard: Entre la crítica y su sumisión en MORENA

MRS / Revista Punto de Vista / 14 de Noviembre 2023

Marcelo Ebrard, una figura que ha transitado por diversos escenarios políticos en México, recientemente denunció la falta de democracia y las supuestas trampas al interior del Partido MORENA. Sin embargo, su regreso a las filas de este partido tras coquetear con la oposición no deja de generar controversia.

Ebrard, en su intento de encontrar un espacio político que satisficiera sus demandas, se aproximó a la oposición, pero al parecer, no obtuvo las respuestas que esperaba. Su peso político, alguna vez considerable, hoy parece no ser suficiente para garantizar las condiciones que él exigía. Ante la falta de opciones y, quizás, el temor al exilio político, decidió regresar a las filas de MORENA.

No obstante, este retorno no ha estado exento de críticas. Ebrard, después de haber cuestionado la gestión de Claudia Sheinbaum, parece haber cambiado su postura al arrodillarse ante ella. Este gesto ha sido interpretado como un sacrificio de convicciones y principios en aras de mantenerse dentro de la corriente dominante en MORENA. En el imaginario de este partido, la alineación parece ser más importante que la defensa de convicciones, una señal de que la fidelidad partidista prevalece sobre la coherencia ideológica.

En el ámbito político, se dice que Marcelo Ebrard ha optado por quedarse en MORENA no por miedo a rebelarse, sino por conveniencia. Algunos analistas sugieren que su decisión es una estrategia para seguir formando parte de la nomenclatura del partido, manteniendo así su relevancia en el escenario político nacional. La célebre cita de Gilbert Keith Chesterton, “Si no logras desarrollar toda tu inteligencia, siempre te queda la opción de hacerte político”, parece resonar en la elección de Ebrard.

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Además, circulan rumores sobre la existencia de un expediente judicial en su contra, lo que habría llevado a Ebrard a moderar sus intenciones y someterse a la línea oficial del partido. Este supuesto expediente se presenta como una herramienta que habría sido utilizada para neutralizar cualquier intento de disidencia por parte de Ebrard.

Así, el triste final de Marcelo Ebrard se dibuja como el de un político que, a pesar de sus capacidades y experiencias, siempre ha ocupado el papel de número dos, el eterno expectante y, en esta ocasión, el que ha decidido someterse en lugar de luchar por sus ideales. Una lástima para aquellos que esperaban ver en él a un líder capaz de enfrentar los desafíos políticos con valentía y convicción. En la compleja trama de la política mexicana, Ebrard parece haber optado por la seguridad de la sumisión en lugar de la incertidumbre de la disidencia.

mrenzi@revistapuntodevista.com.mx

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