Pemex enfrenta una grave crisis financiera que ha llevado a la cancelación o aplazamiento de licitaciones para obras, inspecciones y rehabilitación en sus instalaciones. La empresa estatal, que tiene adeudos con sus proveedores que ascienden a aproximadamente 600 mil millones de pesos, justifica estos recortes como parte de una “estrategia de contención del gasto 2025”.
El 8 de enero, Pemex Exploración y Producción (PEP) canceló cuatro concursos clave relacionados con el mantenimiento y la inspección de plataformas marinas, así como servicios de generación y recuperación de fluidos durante la perforación de pozos. Estos contratos son esenciales para evitar el rápido desgaste de las plataformas debido al agua de mar, lo que pone en riesgo la producción.
Desde noviembre de 2024, PEP ha experimentado una desaceleración notable en las contrataciones, sin convocar nuevos concursos desde el 21 de noviembre. Además, ha programado pagos para los próximos meses en un intento por manejar su creciente deuda. La situación se agrava con la paralización de otros 20 concursos que fueron convocados en octubre y noviembre, que ahora están en espera “hasta nuevo aviso”.
El Gobierno ha intervenido financieramente en Pemex, transfiriendo entre 2019 y el primer semestre de 2024 un total de 1.49 billones de pesos, equivalente a aproximadamente 94 mil millones de dólares. Esta cantidad podría haber financiado la compra de 33 refinerías de Deer Park, un análisis que pone de relieve la magnitud de la crisis y las prioridades del gasto gubernamental.
Jorge Cano, coordinador del programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, critica esta intervención, argumentando que en lugar de destinar recursos a sectores esenciales como salud y educación, se están utilizando para cubrir las deudas de Pemex. “Los Gobiernos más eficientes deberían enfocarse en redistribuir recursos en áreas donde la iniciativa privada no puede o no tiene incentivos”, afirmó Cano.
