En los últimos cinco años, las plantas de refinación de Pemex han sufrido pérdidas que superan los 800 mil millones de pesos, revela un informe reciente. La subsidiaria encargada de esta área, Pemex Transformación Industrial (TRI), registró pérdidas por 74 mil millones de pesos solo el año pasado. Expertos atribuyen estas pérdidas al deterioro de los equipos, tecnología obsoleta y problemas en la gestión de recursos humanos.
El consultor económico Carlos Ramírez señala que las diferencias en la productividad y la antigüedad de los equipos son determinantes en la rentabilidad de las refinerías. En comparación con otros complejos a nivel mundial, las refinerías de Pemex operan con tecnología muy atrasada, lo que afecta su eficiencia y rentabilidad. Se espera que la implementación de equipos más modernos en algunas refinerías ayude a mejorar la situación para finales del actual sexenio o principios del próximo año.
Por su parte, el experto en energía Arturo Carranza destaca el impacto del deterioro de los equipos y la rigidez de los esquemas laborales en las pérdidas de Pemex. La falta de flexibilidad en la gestión del personal dificulta la adaptación a cambios en la dinámica de operación, lo que afecta la eficiencia y la productividad de las plantas.
A pesar de estos desafíos, el presidente AMLO ha asegurado que no se cerrarán las refinerías de Cadereyta y Ciudad Madero, desestimando propuestas en contrario.
