A pesar de ser uno de los países que más porcentaje de su PIB destina a educación, durante los últimos quince años México se ha mantenido en el último lugar, a nivel educativo, entre los 36 miembros de la OCDE, el club de los países ricos.
Además de la baja calidad académica y de las escuelas deterioradas y hasta sin baños, unas 5,000 niñas, niños y adolescentes dejan las aulas cada día, según las últimas mediciones disponibles y apenas el 15 por ciento de los mexicanos de entre 25 y 64 años tiene un título universitario.
El próximo secretario de Educación, que tomará posesión en diciembre tras la asunción de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México, dijo a Reuters que durante su gestión buscará sacar del rezago al sector educativo y prometió resultados palpables para los próximos tres años.
“Es muy pretencioso venir a decir que vamos a transformar el sistema educativo mexicano en un sexenio”, dijo Esteban Moctezuma, un economista y político de 63 años durante una entrevista en la oficina que tendrá que desocupar tras 17 años como Presiente Ejecutivo de la Fundación Azteca, propiedad de la familia Salinas, una de las más ricas de México.
“Nuestra obligación es (…) dar muestras claras, medibles, de logros académicos que se tendrían que demostrar en las evaluaciones nacionales e internacionales, no en el corto plazo, pero sí durante el sexenio”, explicó.
Parte de las propuestas de López Obrador para el ámbito educativo son ofrecer una beca mensual para estudiantes de preparatoria para evitar la deserción, no rechazar el ingreso a universidades, fortalecer la escuelas normales, construir 100 nuevas universidades y dotar de internet a las escuelas.
El Informe PISA de la OCDE, es la prueba trienal sobre educación más reconocida del mundo. En 2015, a pesar de que obtuvo mejores resultados que otros países latinoamericanos como Brasil y Perú, México reprobó en todas sus evaluaciones y acumuló 15 años en el sótano de los países de la OCDE.
El más reciente Reporte de Capital Humano del Foro Económico Mundial, correspondiente a 2017, desvela las carencias educativas en la población menor de 15 años y ubica a México en el lugar 104 de 124 naciones.
Reforma educativa a consulta
Buscando cambiar esa realidad, el saliente mandatario Enrique Peña Nieto lanzó en 2013 una ambiciosa reforma educativa que pretendía mejorar los niveles académicos, controlar los sindicatos y acabar con la corrupción dentro del magisterio.
Pero la furibunda oposición de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) dificultó la aplicación de los cambios. El sindicato, que representa a unos 120,000 maestros, alega que la reforma no es más que una maniobra de Peña para recuperar el control político de la educación.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el gremio educativo más grande de Latinoamérica con 1.6 millones de miembros y que en un principio apoyó las modificaciones, dijo recientemente que existen “inconsistencias” en el plan abonando a los reclamos de López Obrador, quien propuso cancelar la reforma en su campaña presidencial.
“El compromiso es cancelar la reforma educativa, pero vamos a hacer una consulta pública para la construcción de un acuerdo de una nueva política educativa en México”, dijo Moctezuma agregando que en los debates participarán maestros, padres de familia, sociedad civil, alumnos, expertos y autoridades.
Moctezuma, exsecretario de Gobernación (Interior) y de Desarrollo Social en el gobierno del priísta Ernesto Zedillo (1994-2000), dijo que el principal problema de la reforma es que ataron la evaluación de los maestros a su permanencia en el empleo y que se hicieron las evaluaciones antes de capacitarlos.
“Fue todo al revés (…) quien está al frente de los niños es el maestro y si no está contento con la reforma vas a tener una distorsión muy fuerte”, explicó.
Fuente: https://www.eleconomista.com.mx