Para 2026, la Secretaría de Salud reducirá su estructura de 27 a 16 programas presupuestarios, lo que implica una disminución del 40.7 % del gasto, advirtió Judith Méndez, directora adjunta del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). Esta reestructuración responde al criterios del paquete económico presentado por Hacienda, aunque especialistas advierten que consolidar rubros podría afectar el seguimiento de acciones clave.
Entre los programas amenazados por la fusión están los de prevención y control del sobrepeso, obesidad y diabetes, la vigilancia epidemiológica, y los dedicados al VIH y otras infecciones de transmisión sexual. Méndez subrayó que la nueva estructura formará un “súper programa” para ese objetivo, pero alertó sobre la pérdida de trazabilidad para estas áreas prioritarias.
Desde el Congreso, legisladores han criticado esta decisión. El diputado panista Héctor Saúl Téllez, Secretario de la Comisión de Salud, señaló que los recortes de austeridad han debilitado los servicios públicos, y advirtió que eliminar programas esenciales para grupos vulnerables representa un retroceso en la atención médica.
Los ajustes también alcanzan al IMSS, ISSSTE y CFE, aunque de manera más moderada en comparación. Para salud pública, el recorte previsto es superior al promedio, reflejando una estrategia presupuestal que muchos consideran agresiva en un sector ya rezagado.
La propuesta ha generado división entre quienes defienden la eficiencia del gasto y quienes alertan del posible deterioro en servicios como vacunación, atención de enfermedades crónicas, salud mental y prevención. El CIEP ha recomendado evaluar medidas alternativas, como el incremento de impuestos al tabaco o alcohol, para compensar y garantizar recursos adecuados en salud pública.
