El Palacio de Justicia de San Lázaro, en la Ciudad de México, se convirtió en un símbolo de resistencia tras ser cubierto con mantas que expresan el descontento de los integrantes de la judicatura. Frases como “Nosotros no damos abrazos a los delincuentes, los encarcelamos” y “juzgar no es un asunto de popularidad” reflejan la indignación de los jueces ante la reciente reforma judicial propuesta por el gobierno.
Patricia Aguayo, secretaria del Décimo Tribunal Colegiado en Materia del Trabajo y vocera del movimiento, denunció que la reforma afectará gravemente los derechos laborales de los trabajadores del Poder Judicial. “Se ha dicho que no se afectará a los trabajadores, pero eso es una gran mentira”, afirmó Aguayo, quien destacó la inminente desaparición de la carrera judicial como uno de los principales problemas.
La protesta, que comenzó este lunes, se extendió a diversas sedes en la Ciudad de México y 17 estados, incluyendo el Estado de México, Veracruz y Nuevo León. A pesar de que la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación (Jufed) había propuesto esperar una votación antes de iniciar el paro, finalmente se unió al movimiento con un apoyo del 86% de sus miembros.
“Esta decisión es vital para la defensa de la autonomía del Poder Judicial de la Federación, pilar de nuestro sistema democrático”, señaló la Jufed en un comunicado. Además, otros grupos, como el Colegio de Secretarios y Actuarios de la Judicatura Federal, también manifestaron su apoyo al paro.
Los manifestantes subrayaron que no se oponen a una reforma que garantice una justicia de calidad, pero advierten que la propuesta actual no solo pone en riesgo la carrera judicial, sino que también cuestiona la división de poderes, lo que podría resultar en jueces sin la preparación adecuada para ejercer su labor de manera efectiva.
