¿Qué se sabe de la secta NXIVM y quiénes son los mexicanos involucrados?

De acuerdo con el juicio que se sigue en Nueva York a Keith Raniere, uno de los fundadores de Nxivm, secta que esclavizaba mujeres, las marcaba con un cautín ardiente y obligaba a tener relaciones sexuales con el acusado, seis mexicanos forman parte de la investigación, entre ellos Emiliano Salinas, hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari, y Rosa Laura Junco, hija del principal directivo de la empresa de medios Grupo Reforma.

La investigación que realizó y publicó The New York Times reveló en su momento que “mexicanos pudientes”, como Emiliano Salinas, quien desaprobó las acciones de Raniere pero mantiene vínculos con el grupo y Rosa Laura Junco, forman parte de la agrupación que, entre otras actividades, victimizaba y esclavizaba a mujeres.

Otras mujeres involucradas son:

Ellas, al igual que Junco, son señaladas como maestras del primer círculo de la organización Dominant Over Submissive (DOS) creado a fines de 2016.

Había dos niveles en esa agrupación al servicio de Keith Raniere:

Nxivm se autoproclamó como una organización de autoayuda que ofrecía talleres que prometían la realización personal. También ofrecían clases adicionales de los denominados Programas de Éxito Ejecutivo (PEE), que eran dirigidos a profesionales del negocio.

En la reciente declaración de Lauren Salzman, una de las amantes de mayor antigüedad de Keith Raniere, dijo que con cierta periodicidad ella y las otras seis integrantes de DOS —incluyendo las cuatro mexicanas—se desnudaban y posaban juntas frente a una cámara, se les fotografiaba (tenía que vérseles el tatuaje cerca de la pelvis) y las imágenes eran enviadas a Raniere.

Lauren es hija de Nancy Salzman, cofundadora de Nxivm.

Durante ese viernes también declaró como testigo en la corte Sean Welch, encargado del área de Tecnología de XR (Extreme Restraint LLC) empresa que vende a través de Internet juguetes sexuales sadomasoquistas.

Las autoridades federales de Estados Unidos iniciaron la investigación de la organización luego de que The New York Times publicó un artículo a fines de 2017 que detallaba cómo las mujeres tenían que proporcionar secretos personales como “garantía” para unirse a la “hermandad de Raniere.

Lo anterior bajo la advertencia de que la información dañina o vergonzosa se haría pública si revelaban la existencia de la “hermandad” o por traición.

El lunes continuará el juicio contra Keith Raniere y se espera que más testigos claves emitan declaraciones.

DOS, la rama oculta de la agencia Nxivm cuyos principales asociados enfrentan a la justicia federal estadunidense en esta ciudad, tenía como objetivo alcanzar 100 esclavas, cada una de las cuales debía sumar a sus conocidas, incluidas sus madres.

La revelación fue hecha por Lauren Salzman.

Junco compró una casa en Halfmoon, suburbio de Albany, en el estado de Nueva York, que tenía el estatus de “sorority house”, es decir, residencia exclusiva para mujeres, nombre tomado de las casas empleadas en las fraternidades universitarias estadunidenses.

En esa residencia, Raniere habilitó una especie de galera donde tenía su propia celda, señaló Salzman en su testimonio rendido este lunes y citado por artvoice.com.

Añadió que Junco la llevó al grupo luego de recibir la invitación personal de Raniere en la ceremonia fúnebre de Pam Cafritz, muerta en noviembre de 2016 y quien también era parte de esa comunidad.

“¿Que deseas hacer por tu crecimiento?”, le preguntó Raniere a Salzman y le adelantó que sería contactada por alguien más, la que resultó ser Junco, hija del fundador de Grupo Reforma.

DOS, la rama oculta de Nxivm, fue creada luego del suicidio de Camila, mexicana de 13 años de edad que tuvo relaciones sexuales con Raniere y fue fotografiada en poses abiertamente sexuales, que la llevaron a un intento de suicidio.

Tras la entrega de las fotografías, Rosa Laura le dio los detalles de DOS, y le hizo ver que “todas somos esclavas para algo”. Podemos aprender a servir nuestros asuntos o aprender a servir a nuestros principios, añadió.

Fuente: https://www.eleconomista.com.mx

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