Porfirio Muñoz Ledo decidió entrarle a la batalla por la dirigencia nacional de Morena por invitación de “varias” personas, no de una sola. Si pierde, dice que de cualquier manera gana, porque lo derrotarían con dinero.
Este político de 87 años, que ha transitado por cargos de importancia en el servicio público dentro y fuera del país, además de haber dirigido a dos institutos políticos, tiene claro que la contienda interna de Morena para renovar la dirigencia no es otra cosa más que el arranque de precampaña presidencial del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
El objetivo de querer quedarse con el partido a través de Mario Delgado, afirma en entrevista con EL UNIVERSAL, es poder elegir a sus candidatos para el próximo año.
¿Sabe cómo va en la encuesta de reconocimiento?
—No, nadie sabe, porque es un procedimiento que dura hasta el 12 de octubre. Uno de los defectos es que nadie sabe nada y al final del día, tres encuestadoras, contratadas por el Instituto Nacional Electoral (INE), te dicen lo que pasó.
Este es un proceso muy irregular, ahí el Tribunal Electoral actuó, no diré que perversamente, pero está muy sesgado. Ya hacen camiones con espectaculares que parecen unos muros completos. Ya se vio. Quieren ganar con dinero.
¿Espectaculares de quién?
—De Mario [Delgado]. Camiones enteros con espectaculares gigantescos. Están acostumbrados a casarse con el dinero. Esto es como si fuera una campaña electoral, pero las campañas normales están reguladas por la ley.
Lo digo con frialdad, sin encono por nadie: Mario es del equipo del canciller [Marcelo Ebrard], es su segundo de abordo de toda la vida pública. Es evidente que esta es la precampaña de Marcelo [Ebrard], eso lo sabe todo mundo en este país.
¿Cuál cree que es el objetivo del canciller?
—El objetivo es poder tener mano importante en la selección de los candidatos el año próximo. Marcelo es un hombre muy hábil, tiene cualidades, pero está culeco por ser Presidente de la República. Está enseñando el cobre.
Ellos vienen de la derecha. Él viene de un partido de centro democrático, es un político pragmático, político más a la americana, que se destacó por haber resuelto problemas con Estados Unidos. Yo sé a qué intereses obedece. Generalmente la sucesión empieza al quinto año y él la ha adelantado tres. Eso es irregular.
Dice usted que no tendría por qué estar en esto…
—Yo no tenía, pero me sentí profundamente obligado, precisamente porque adivinaba lo que iba a pasar y porque la gente que tiene conciencia histórica del partido, que tiene congruencia, me lo propuso.
Habla de lambiscones y corruptos dentro del partido, ¿a quiénes se refiere?
—Saben a quién me refiero. Los compañeros míos de mi bancada estaban obligados a votar por línea. Yo he sido leal a mis principios, aunque me enfrente al poder. Yo no voy a investigar, pero por eso voy a auditar. Yo tengo ya la idea de averiguar de dónde viene la fortuna de Mario [Delgado], que haga declaración de bienes. Que diga de dónde viene el dinero de Marcelo [Ebrard].
Antes se hacía política con dinero, al estilo de Carlos Hank: ‘Un político pobre es un pobre político’, y la otra es: ‘Lo que en política se compra con dinero, es barato’. Es la línea de ellos, hacen política con dinero.
¿Cómo le ha ido con la campaña virtual?
—Estamos trabajando bien. Yo no tengo dinero, ni me gusta y no me parece honorable. La gente retiene el nombre de quien ven hasta en la salsa. Entran por vía de espectaculares…
Usted es un hombre bastante conocido…
—Esa es la ventaja que tengo, es la única. A pesar de su cochinero les puedo ganar.
Fuente: AGENCIAS