La recuperación de la actividad económica a niveles del tercer trimestre de 2018, podría tomar de dos hasta seis años y dependerá de la trayectoria que tomarán el consumo, y la inversión, subrayó Jonathan Heath, Subgobernador del Banco de México.
De hecho, reconoció que su mayor preocupación que personalmente “le quita el sueño antes de tomar una decisión de política monetaria”, es precisamente la recuperación de la actividad económica.
Al participar en el Seminario Anual de la Calificadora Moody’s, explicó que el proyecto de presupuesto austero que presentó el gobierno federal “está basado en supuestos difíciles de lograr al esperar una caída de 8% para este año, que es más optimista que la más optimista de las respuestas de los especialistas encuestados por Banamex, que es de -8.7 por ciento”.
Y consideró que el rebote proyectado en el Paquete Económico 2021, de 4.6% para el año entrante, “dependerá totalmente de la reactivación del empleo y del consumo”.
Para el también banquero central, el 2021 “será un año casi igual de difícil que 2020” con la única diferencia que no habrá un confinamiento, un cierre absoluto de actividades económicas.
El miembro de la Junta de Gobierno de Banxico advirtió que la trayectoria de la actividad en 2021 será determinante para el tiempo que le tomará a la economía el retorno a los niveles pre crisis. “El año 2021, será la diferencia entre la recuperación de 2 años o de 6 años”.
El banquero central estimó que para acelerar la recuperación y conseguirla en dos años, la economía tendría que crecer a una tasa de 6.8% o de 7% anual en 2021 y 2022, una dinámica que sería suficiente para que el consumo de los hogares se aproxime al que teníamos antes de la pandemia de Covid-19.
Prender consumo e inversión
En una sesión conjunta con la Analista soberana para México de la calificadora, Arianne Ortiz-Bollin, el funcionario observó que “para reponer los empleos perdidos en su totalidad, será clave el apoyo del gobierno federal, la solidaridad de la iniciativa privada y de la coordinación que pueda lograrse”.
“Claramente, si se logra la coordinación del gobierno con el sector privado, se acortará a dos años la recuperación”, proyectó.
Explicó que para el corto plazo, esto es en un año, la recuperación dependerá de qué tan rápido el consumidor vuelve a sus patrones habituales de compra, lo que a su vez será reflejo de la recomposición del mercado laboral.
Y es precisamente la recuperación del empleo, su segunda mayor preocupación. El banquero central consideró que la recomposición será rápida, pero lo que tardará es la reposición de los puestos perdidos.
Explicó que el crecimiento de largo plazo requiere de la inversión consistente y sólida que puede “llegar si se realiza un cambio profundo estructural” y al revertir “la incertidumbre que ha generado la debilidad del estado de derecho”.
Inflación, también preocupa
También explicó que con el distanciamiento social se ha visto un cambio en el patrón de consumo de los hogares que se refleja en el incremento de 7% en el precio de los alimentos mientras los componentes no subyacentes y no alimenticios, traen fluctuaciones inferiores al 3 por ciento.
Esta distorsión hace que la inflación sea más elevada y resulta que no es susceptible a las decisiones de política monetaria, ni a la brecha del producto que se amplió a niveles nunca vistos.
“Se necesita salir del confinamiento para ver si cede (la presión) el próximo año y es muy importante porque los mas afectados son las personas de bajos ingresos y que han perdido el empleo. Ellos están viendo un deterioro de su poder adquisitivo”, recalcó.
El Subgobernador del Banxico confió que el repunte de la inflación es temporal, y que convergerá con la meta puntual de 3% a fines del año entrante.
Esto se logrará con la descomposición de precios relativos derivada del conjunto de choques de oferta y demanda, precisó.
Fuente: AGENCIAS – EL ECONOMISTA