El sarampión se ha convertido en una enfermedad reemergente en diversas partes del mundo, incluido México, debido a la notable disminución en la cobertura de vacunación. Susana López Charretón, investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM, destacó que para lograr la inmunidad de rebaño se requiere una cobertura de vacunación del 95%, mientras que en México se encuentra apenas en un 70% para esta enfermedad.
La vacuna contra el sarampión, que ha estado disponible durante más de 40 años, es altamente efectiva y proporciona inmunidad de por vida tras completar el esquema de vacunación. Esta inmunización se aplica a los niños a los 12 meses de edad, cuando ya están protegidos por los anticuerpos que reciben a través de la leche materna, y se refuerza a los 18 meses. Sin embargo, la caída en las tasas de vacunación ha sido notable desde la pandemia de Covid-19, que desvió recursos y atención sanitaria de la población pediátrica. Además, movimientos de migración y el aumento de grupos antivacunas han contribuido a esta problemática.
El pasado 14 de diciembre, el Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (Conave) emitió un aviso sobre el aumento de casos de sarampión en las Américas. Durante 2024, se notificaron 16,841 casos sospechosos en la región, de los cuales 452 fueron confirmados. De estos, 280 correspondieron a Estados Unidos, 138 a Canadá, 14 a Argentina y siete a México.
En México, se notificaron 5,163 casos probables de sarampión o rubéola en 2019, con 20 confirmaciones de sarampión; en 2020, se reportaron 2,518 casos y se confirmaron 196. Entre 2021 y 2023 no se registraron casos confirmados, pero en 2023 se notificaron 3,360 casos probables y se confirmaron siete.
El primer caso de 2024 fue identificado el 14 de marzo en un niño de cuatro años de nacionalidad rumana que llegó a México en un vuelo desde Londres. Los otros seis casos detectados también correspondieron a viajeros internacionales.
El Conave informó que, al tercer trimestre de 2024, la cobertura de vacunación contra el sarampión era del 95% a los seis años, pero solo del 71% a los 18 meses. Esta situación pone en riesgo a la población infantil y subraya la necesidad urgente de retomar las campañas de vacunación para prevenir brotes de esta enfermedad potencialmente grave.
