Tanto el sector empresarial estadounidense en México como el gobierno mexicano consideran poco probable la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, a pesar de las amenazas lanzadas por el presidente Donald Trump en su retorno a la Casa Blanca.
Así lo afirmaron Larry Rubin, presidente de la American Society (Amsoc) México, y el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quienes destacaron la solidez del comercio bilateral y las oportunidades que ofrece el bloque de Norteamérica.
“Creemos que el 1 de febrero será un sábado cualquiera, que no va a haber aranceles y que la relación comercial va a fluir como ha venido fluyendo hasta el día de hoy”, aseguró Rubin durante la 85ª asamblea general de la Amsoc México, que agrupa a los empresarios estadounidenses con negocios en el país.
Rubin señaló que, aunque Trump ha utilizado los aranceles como herramienta de presión a nivel global, aplicarlos contra México podría tener efectos inflacionarios en Estados Unidos. “Nos sentimos confiados tanto los empresarios de Estados Unidos en México como la sociedad civil americana en que la relación comercial y la colaboración se van a continuar dando”, agregó.
México preparado ante posibles tarifas
Por su parte, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, aseguró que México está listo para responder en caso de que Estados Unidos imponga nuevas tarifas, aunque no precisó la estrategia a seguir.
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, adelantó que el país podría responder con aranceles hacia productos estadounidenses si fuera necesario. Ebrard recordó que las negociaciones durante la primera administración de Trump (2017-2021) para la firma del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) fueron complicadas, pero que México logró salir adelante.
“Vamos a estar preparados para cualquier escenario. Estaba más difícil hace unos años y no veo por qué no vamos a salir adelante”, señaló.
Ebrard también defendió que el T-MEC ha sido un “éxito rotundo”, con un crecimiento del comercio y la inversión del 37 % desde su implementación. Con miras a la revisión del tratado en 2026, México ya ha iniciado consultas con sectores estratégicos para garantizar una transición sin contratiempos.
Comercio: pilar clave de la relación México-EE.UU.
Larry Rubin destacó que el comercio entre ambas naciones está encaminado a superar el billón de dólares anuales y sigue siendo un factor de estabilidad económica.
Por su parte, Ebrard resaltó la importancia de sectores como la industria automotriz, los semiconductores y la farmacéutica, que han posicionado a México como un socio estratégico para Estados Unidos. Además, el “nearshoring” o la reubicación de industrias desde Asia a Norteamérica podría beneficiar significativamente a México en los próximos años.
Si bien el comercio bilateral es esencial, Rubin y Ebrard coincidieron en que la nueva administración estadounidense también priorizará otros temas como el combate al narcotráfico y el control de la migración irregular.
“Trump tiene claro que lo primero es la migración y la seguridad, después viene el comercio”, afirmó Rubin, asegurando que el gobierno mexicano está alineado con Washington en estos temas.