La relación entre Estados Unidos y México está destinada a atravesar “turbulencias” con el próximo gobierno de Donald Trump, según Eric Farnsworth, vicepresidente de la Sociedad de las Américas/Consejo de las Américas (AS/COA). A pesar de las dificultades anticipadas, Farnsworth sostiene que no se desmoronará el vínculo entre ambos países, como se había pronosticado durante el primer mandato de Trump.
Farnsworth destacó que la relación entre Trump y el expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador fue “interesante y casi inesperada”. Sin embargo, ahora la dinámica cambia con Claudia Sheinbaum al mando en México, lo que podría influir en cómo se desarrollen las interacciones entre los dos gobiernos. Trump ha manifestado su intención de presionar a México para que tome medidas más estrictas en materia de migración, lo que representa un desafío para Sheinbaum.
El experto también señaló que, a pesar de las diferencias ideológicas entre Trump y Sheinbaum, es probable que ambos líderes aborden los problemas desde la perspectiva de sus respectivas políticas internas. “Trump ha demostrado estar dispuesto a interactuar con líderes de izquierda en todo el mundo”, comentó Farnsworth, citando ejemplos de su relación con otros líderes globales.
En cuanto a la frontera, se anticipa que Trump implementará leyes más estrictas y una Patrulla Fronteriza más agresiva. “Estados Unidos ejercerá mucha presión sobre México para que ayude a gestionar esa frontera”, afirmó Farnsworth.
Farnsworth también predice que Trump utilizará menos canales diplomáticos para abordar el flujo migratorio y recurrirá a “la fuerza bruta de la influencia económica”. Esto podría incluir la imposición de aranceles a México por la migración, a pesar de los acuerdos de libre comercio existentes.
Con el control del Senado en manos del Partido Republicano, el futuro de las políticas migratorias y comerciales dependerá de quién logre la mayoría en el Congreso. Si los demócratas mantienen la Cámara, las medidas de Trump podrían enfrentar mayores obstáculos, aunque el expresidente ha mostrado la capacidad de encontrar soluciones alternativas en el pasado.
Finalmente, el caso de Venezuela, un país del que provienen muchos migrantes, presenta un desafío único, ya que Estados Unidos carece de influencia económica sobre el régimen de Nicolás Maduro debido a las sanciones impuestas. “La única respuesta viable es que Maduro se vaya y que la democracia vuelva a Venezuela”, concluyó Farnsworth.
