En medio de controversias sobre su relación con el narcotráfico, Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, ha salido al paso de las afirmaciones de Ismael “el Mayo” Zambada, quien en una carta aseguró que había sido emboscado en un intento de reunión con el mandatario estatal. Durante la inauguración del Hospital General IMSS-Bienestar en Culiacán, Rocha Moya negó cualquier complicidad y afirmó que no fue convocado para resolver disputas entre líderes políticos.
Zambada, en su carta, mencionó que había sido capturado el mismo día en que Joaquín Guzmán López, hijo del “Chapo” Guzmán, le pidió asistir a una reunión con Rocha Moya y el excongresista Héctor Melesio Cuén. Según el narcotraficante, existían constantes desencuentros entre Rocha y Cuén, lo que motivó la supuesta reunión. Sin embargo, Rocha Moya aclaró que nunca fue parte de tal encuentro y que, si Zambada creía en la invitación, “cayó en la trampa”.
El gobernador también enfatizó que su acercamiento a los cárteles, que había mencionado en 2021, fue malinterpretado. En aquella ocasión, Rocha Moya admitió haber hablado con capos para obtener su apoyo en un contexto donde “todo mundo sabe cómo está la cosa” en Sinaloa. No obstante, ahora asegura que su administración no tiene ninguna relación de complicidad con el narcotráfico.
Rocha Moya instó al presidente Andrés Manuel López Obrador a solicitar a la Fiscalía General de la República (FGR) que investigue las afirmaciones de Zambada, buscando esclarecer la situación y reafirmar su compromiso con la transparencia en la gobernanza. Con estas declaraciones, el gobernador busca distanciarse de las acusaciones y reafirmar su legitimidad como líder estatal.