
El desabasto de combustibles en el sur de México se ha intensificado debido a la falta de pago a proveedores de Petróleos Mexicanos (Pemex) y a una protesta de jubilados que bloquean una terminal de la empresa en Puerto Chiapas. Los manifestantes exigen atención médica y medicamentos, afectando el acceso de autotanques a las instalaciones, lo que ha limitado la distribución de gasolina en municipios cercanos a la frontera con Guatemala.
En ciudades como Tapachula, varias estaciones de gasolina han cerrado y otras han impuesto un límite de 20 litros por vehículo, provocando largas filas y dificultades para los conductores que buscan abastecerse. La escasez se debe principalmente a la falta de pago a las empresas que rentan camiones cisterna para el transporte del combustible, reduciendo así el número de unidades en operación.
Los jubilados afectados protestan por la ausencia de servicios médicos desde hace varios meses, situación que aseguran no está relacionada con el desabasto, pero que ha tenido un impacto en la operatividad de Pemex en la región. Los conductores y usuarios afectados demandan una pronta solución ya que no hay información clara sobre cuándo se normalizará el suministro.
Ante esta situación, el gobierno federal ha anunciado la creación de un vehículo financiero con un monto de hasta 250 mil millones de pesos para fortalecer las finanzas de Pemex y garantizar el pago a proveedores durante 2025, buscando mitigar los problemas que han generado esta crisis en el abasto de combustibles.
La contingencia afecta a miles de personas en la región sur, y en tanto no se resuelva el conflicto, la escasez de combustibles y las protestas continuarán impactando la movilidad y la economía local. Las autoridades trabajan en buscar alternativas para evitar que el desabasto se extienda o agrave aún más.










