El Tren Maya, la obra emblemática de la Cuarta Transformación, celebra su primer aniversario de operaciones este domingo, pero enfrenta críticas por no haber alcanzado su meta de pasajeros. Con solo 603,182 usuarios atendidos, que representan el 20% de la meta de 3 millones, el proyecto se encuentra bajo la lupa del gobierno y empresarios que buscan nuevas estrategias para atraer turistas.
La presidenta Claudia Sheinbaum inauguró el sábado 14 de diciembre el tramo 7 del Tren Maya, completando un circuito de 1,554 kilómetros que conecta los estados de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Sin embargo, la cifra de pasajeros incluye apenas 33,547 turistas extranjeros, mientras que la mayoría son nacionales y locales.
A pesar de su modernidad y puntualidad, el Tren Maya ha sido objeto de críticas por su falta de planeación. Los pasajeros, como Manuel Mestre, han señalado problemas significativos, como la escasa conectividad con aeropuertos y la lejanía de las estaciones de las ciudades. Además, la infraestructura básica en las terminales es insuficiente, con escasas opciones para comer o refugiarse en caso de mal tiempo.
Mestre también expresó su preocupación por el impacto ecológico del proyecto, sugiriendo que se debieron realizar estudios más profundos antes de su ejecución. “Es un acierto tener un tren que comunique estas ciudades, pero el daño ecológico por falta de planeación es preocupante”, comentó.
Bernardo Cueto Riestra, secretario de Turismo de Quintana Roo, afirmó que el primer año ha servido como una fase de prueba. Se están desarrollando estrategias para integrar el Tren Maya a la oferta turística del estado, buscando mejorar la vinculación entre las estaciones del tren y los aeropuertos, así como ofrecer nuevas opciones para los viajeros.
“Vamos a trabajar para afianzar los recorridos del Tren Maya a través de rutas turísticas que los visitantes van a poder disfrutar”, aseguró Cueto, destacando la importancia de hacer del Tren Maya una experiencia memorable para los turistas.
A medida que el Tren Maya avanza en su segundo año, la atención se centra en cómo superar los desafíos actuales y maximizar su potencial como motor de desarrollo turístico en el sureste mexicano.