El Senado de la República remitió al Ejecutivo Federal la reforma que traslada el control operativo, administrativo y financiero de la Guardia Nacional (GN) al titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), luego de su aval por el pleno legislativo en lo particular por 69 votos a favor, 50 en contra y 2 abstenciones.
Después de casi 14 horas de debate y con el respaldo de Morena y sus aliados, así como la abstención del coordinador de esa bancada, Ricardo Monreal, se avaló la reforma presidencial que modifica a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, a la Ley de la Guardia Nacional, a la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos y a la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
Estos cambios otorgan a la Secretaría de la Defensa Nacional la facultad de “ejercer el control administrativo y operativo de la Guardia Nacional, conforme a la Estrategia Nacional de Seguridad Pública”.
Conceden al secretario de la Defensa el control administrativo y operativo de la Guardia Nacional en funciones de seguridad pública y cuando el presidente de la República disponga su intervención en auxilio de la fuerza armada permanente.
El personal militar puede efectuar “operaciones de apoyo a las instituciones de seguridad pública” y homologar al personal de la Guardia Nacional su tiempo de servicio en esta corporación como tiempo de servicio en el Ejército y unidades de vuelo.
La oposición se pronunció en contra de la intención del presidente Andrés Manuel López Obrador de militarizar al país y anunció la interposición de una acción de inconstitucionalidad para impugnar esta reforma.
Claudia Ruiz Massieu, senadora del PRI, afirmó que aprobar este dictamen es un fraude a la Constitución y un error, porque cancela la posibilidad de contar con un cuerpo civil, de alcance nacional, que sea fuerte y confiable. Aseveró que estas reformas avalan la muy preocupante actitud de siempre “colocar la voluntad partidista por encima de la ley y la Constitución”.
Lilly Téllez, provocó la molestia de la bancada de Morena, cuando arremetió contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, al que acusó de falso profeta pues ofreció paz y entregó muerte. Afirmó que la inseguridad ya no es culpa del pasado, como balbucean torpemente “ustedes y el señor de las mentiras, es culpa de la colusión de este gobierno con el crimen organizado”. Calificó a los senadores de Morena súbditos del “pejelagarto” y “grupito de agachados y cómplices del pacto con el crimen organizado”.
Lucy Meza, senadora por Morena, calificó a la panista, a la que llamó vulgar usurpadora. “Solamente, para decir nuevamente, que usted es una vulgar usurpadora, porque es una traidora y usted ocupa un lugar que es de Morena, que es de nosotros, que se lo dio la representación de nuestras siglas y por aquí participó. Y usted debería de renunciar por dignidad, porque es una ingrata, es una traidora, una usurpadora, vulgar porque eso es lo que es usted”.
En tribuna, el coordinador de Movimiento Ciudadano, Clemente Castañeda, expuso que “los pares del presidente López Obrador no serán ni Juárez, ni Cárdenas, sino Echeverría y Díaz Ordaz” y agregó que el Presidente pretende ocultar el fracaso de su estrategia de seguridad.