Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta electa de México, expresó su rechazo a la reciente convocatoria de la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña, para explorar opciones legales que detengan la reforma judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. En declaraciones realizadas al llegar a su casa de transición, Sheinbaum cuestionó cómo un grupo reducido de personas podría revertir la decisión del pueblo mexicano, manifestada en la votación del 2 de junio.
“¿Pero cómo unas cuantas personas van a poder echar para atrás la voluntad del pueblo de México? Eso no es legal”, afirmó, sugiriendo que la acción de la SCJN podría interpretarse como una oposición a la voluntad popular. Además, minimizó la relevancia de una suspensión definitiva emitida por una jueza de Morelos que detiene el proceso legislativo en torno a la reforma. Sheinbaum argumentó que la decisión sobre cambios constitucionales corresponde a los diputados y senadores, y que la soberanía reside en el pueblo.
La presidenta electa confía en que su partido, Morena, junto con sus aliados, contará con los votos necesarios en el Senado para aprobar la reforma, que busca la elección de ministros, magistrados y jueces por voto popular. “Eso significa más democracia, más independencia del Poder Judicial”, enfatizó Sheinbaum, quien también aseguró que el proceso de selección será transparente y amplio.
En respuesta a las preocupaciones expresadas por Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, sobre la reforma, Sheinbaum reafirmó la soberanía del país y subrayó que la relación comercial entre ambas naciones continuará sin problemas.
Sheinbaum, quien reapareció públicamente después de asistir al último Informe de Gobierno de López Obrador, había tomado unos días de descanso con su esposo tras su reciente matrimonio. Su firme postura sobre la reforma judicial refleja su compromiso con los principios democráticos y la independencia del Poder Judicial en México.
