En Coatetelco, Morelos, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió al informe preliminar de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre la elección judicial del domingo 1 de junio. Aunque reconoció el trabajo de sus observadores, dijo que está fuera de sus atribuciones criticar el sistema que los mexicanos decidieron para elegir a jueces, magistrados y ministros.
Sheinbaum explicó que la OEA sí puede opinar si la jornada electoral fue pacífica o si hubo problemas, pero “no tienen atribución” para cuestionar la reforma judicial, que da más poder al pueblo que al Senado. Rechazó las recomendaciones de la OEA de no replicar el modelo en otros países y pidió que se “guarden” esas opiniones.
Durante su gira, subrayó que la reforma permite al pueblo elegir directamente a la próxima ministra o ministro de la Suprema Corte. Celebró que el nuevo presidente de la Corte sea un indígena mixteco, Hugo Aguilar Ortiz, elegido por voto popular.
El informe de la OEA había advertido problemas como el envío de “acordeones” –listas de candidatos en casillas–, la baja participación ciudadana (alrededor del 13 % del padrón) y la posible influencia del Ejecutivo en la integración del Poder Judicial.
En respuesta, México lo calificó como un acto de injerencia y envió una nota diplomática al secretario general de la OEA, Albert Ramdin.
