Ciudad de México, México.– La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo calificó como “natural” la indignación y el dolor del pueblo de Uruapan tras el asesinato del alcalde Carlos Manzo, ocurrido el pasado sábado en el centro de ese municipio michoacano. La mandataria lamentó los hechos y destacó que el edil era “un hombre muy querido por su comunidad”.
“El dolor y la indignación del pueblo de Uruapan por la muerte de su alcalde es natural. Además, era un hombre muy querido por su comunidad. Hay que ser sensibles a ello”, expresó Sheinbaum durante su conferencia de prensa.
La presidenta señaló que, aunque la reacción social es comprensible, existe también un “uso político muy obvio” de la tragedia por parte de sectores de la oposición, y recordó que fue en Michoacán donde se declaró la guerra contra el narcotráfico al inicio del gobierno de Felipe Calderón.
“Es un uso político muy claro para lanzarse contra el Gobierno. Hay que ser responsables: reconocer la indignación de la gente, atenderla y garantizar que no haya impunidad, pero también denunciar la manipulación política de este dolor”, afirmó.
Sheinbaum hizo un repaso histórico de la violencia en la entidad, subrayando los efectos de las estrategias de seguridad aplicadas por administraciones anteriores.
“Diciembre de 2006 es cuando Calderón decreta la guerra contra el narco. Habría que recordar cómo dejó Michoacán en 2012, cómo lo recibió Peña Nieto y cómo lo entregó en 2018. Luego vino el trabajo que hizo López Obrador y el que estamos haciendo nosotros”, señaló.
La mandataria reiteró que su gobierno reforzará las acciones de seguridad en Michoacán y refrendó su compromiso con la justicia.
“Nos duele el homicidio del alcalde de Uruapan, no es autocomplacencia. Vamos a reforzar la seguridad y la atención en la zona”, aseguró.
Protestas y disturbios en Morelia
Respecto a los hechos violentos registrados en Morelia, donde un grupo de manifestantes irrumpió en el Palacio de Gobierno y causó destrozos, Sheinbaum aclaró que una parte de la movilización fue pacífica, pero que después intervino un grupo de encapuchados que actuó con provocación.
“La información que tenemos es que una parte de la manifestación fue pacífica, pero después hubo un grupo provocador que entró a Palacio, rompió muebles y causó destrozos. Ya se investiga por parte de la Fiscalía y el Gobierno del Estado”, indicó.
Durante los disturbios, los inconformes arrojaron mesas, sillas y objetos desde el balcón principal, rompieron ventanas y mobiliario, quemaron botes de basura y pintaron consignas en el edificio histórico. Los manifestantes exigían justicia por el asesinato de Manzo, garantías de seguridad y la renuncia del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.
El Gabinete de Seguridad federal informó que el alcalde contaba con vigilancia periférica de 14 elementos de la Guardia Nacional y un grupo de policías municipales de confianza encargados de su resguardo inmediato.
Carlos Manzo, de 40 años, había solicitado apoyo al Gobierno federal para enfrentar al crimen organizado en su municipio y fue ejecutado durante un evento público por el Día de Muertos.
