En un lapso de tan solo 19 días, Sinaloa ha acumulado 118 crímenes en medio de la creciente narcoguerra entre las facciones del Cártel de Sinaloa, tras la captura de Ismael “El Mayo” Zambada. Desde el 9 hasta el 27 de septiembre, la confrontación entre el grupo de Zambada y ‘Los Chapitos’, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, ha resultado en un promedio alarmante de seis muertes diarias, especialmente en Culiacán y sus alrededores.
Según datos de la Fiscalía de Sinaloa, el estado había registrado un total de 566 asesinatos en 2023 hasta la fecha, lo que significa que en menos de un mes se ha contabilizado más de una quinta parte de esa cifra. Antes de esta escalada violenta, las autoridades reportaron 350 homicidios dolosos hasta agosto.
Entre las víctimas de esta ola de violencia se encuentran cinco mujeres, dos militares y dos ex policías municipales, así como al menos dos personas inocentes que han sido atrapadas en el fuego cruzado. Además, el número de desaparecidos en el mismo periodo asciende a 135, lo que refleja la gravedad de la situación en la región.
Las autoridades locales han intensificado las operaciones de seguridad en un intento por controlar la violencia, pero la lucha entre las facciones del cártel parece lejos de terminar. La comunidad de Sinaloa enfrenta un clima de miedo e incertidumbre mientras la narcoguerra continúa cobrando vidas y afectando a familias inocentes.