Para el cierre de año se espera que la venta de autos eléctricos en México sea tres veces mayor que la de 2021, de acuerdo con J.D. Power de México.
De tal forma que en 2022 se estima que las ventas totales nacionales de estos vehículos serían de 3 mil 447 unidades, mientras que en 2021 la comercialización cerró con mil 155 unidades, según la consultoría con datos de Inegi y LMC.
En el mercado mexicano cada vez hay más opciones en el abanico de vehículos eléctricos, pues poco a poco las empresas incluyen nuevos modelos y sus combinaciones forman una mayor cartera para ofrecer a los consumidores, refirió Gerardo Gómez, director de J.D. Power en México.
En tanto, en EU se estima que se vendan 590 mil autos eléctricos para el cierre de este año y en Brasil 7 mil 992 de estos carros, según Statista.
Gómez destacó que estos autos no tienen una cobertura generalizada es decir, son de nicho y la falta de infraestructura para su uso en México, como un mayor número de estaciones de carga, son factores que complican su demanda.
“Sigue siendo un vehículo más de nicho, lo que es la infraestructura y los incentivos no están todavía consolidados en México, de manera que pudiera ser algo con lo que el consumidor se sintiera seguro para comprar un vehículo eléctrico”, detalló.
Los altos precios también limitan la demanda de éstos.
“Los precios hasta este momento, con las opciones que hay, son muy superiores con respecto a los de motores de combustión interna”, expuso Gómez.
En el mundo se prevé que uno de cada tres autos sean eléctricos en cinco años, debido a las políticas e impulso que están tomando los países líderes como Estados Unidos y los europeos, con el fin de reducir las emisiones de efecto invernadero, según información de S &P Global Movility.
Los autos eléctricos no sólo son un cambio tecnológico, es hasta un cambio cultural que cada vez va a llegar a más personas y para ello se requiere mayor información para poder aceptarlos, de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
La necesidad de los incentivos fiscales y no fiscales es necesaria para que se incremente la demanda de estas unidades y para poder reducir los precios ante una mayor oferta, según AMIA.
