Entre lágrimas de coraje y desconsuelo, los trabajadores del Poder Judicial de la Federación recibieron el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que desechó el proyecto del ministro Luis González Alcántara Carrancá para invalidar parcialmente la reforma judicial. En un ambiente de luto, Patricia Aguayo, vocera del movimiento de 55 mil trabajadores, expresó: “Hoy es un día de tristeza y de luto para nuestros estudiantes y sus futuros”.
El descontento se palpaba en el aire mientras cientos de trabajadores, abrazados y llorando, trataban de controlar su frustración. La situación se intensificó cuando algunos trabajadores, al ver el movimiento de la policía capitalina, comenzaron a corear “¡Que salga el traidor!”, pensando que se trataba del ministro Alberto Pérez Dayán. Sin embargo, se sorprendieron al ver salir a Luis María Aguiar, quien intentó llevar consuelo a sus compañeros.
“Vengo a agradecerles a todos, compañeros, porque todos somos compañeros del Poder Judicial de la Federación”, dijo Aguiar con voz entrecortada. Su mensaje de gratitud y tristeza resonó entre los presentes, quienes se sintieron aún más desalentados. Patricia Aguayo, tratando de infundir ánimo, arengó: “No desfallezcan por favor”.
El impacto del fallo se siente profundamente entre los trabajadores, quienes anticipan tiempos difíciles para la justicia en México. Iván Guerrero, secretario de Juzgado, advirtió: “A partir de hoy, olvídense de sus juicios de amparo, olvídense de sus derechos”. Otros empleados, como Karen, expresaron su desesperanza: “Perdimos la justicia, perdimos derechos, libertades, el futuro de nuestros hijos”.
A pesar del desánimo, algunos trabajadores, como Gregorio Miguel Romero y Uri Téllez, se comprometieron a seguir adelante. “Me duele en el corazón, llevo 26 años trabajando por esta institución y lo voy a seguir haciendo hasta que me saquen”, afirmó Romero. Téllez añadió: “Voy a dar lo mejor de mí, sé que no vamos a estar mucho tiempo, pero recibirían lo mejor de nosotros”.
La jornada concluyó con un ambiente de incertidumbre, pero también con un compromiso renovado por parte de muchos trabajadores de continuar luchando por la justicia en México, a pesar de los desafíos que se avecinan.
