Transparencia pendiente en el Cobach de San Luis Potosí

MRS / Revista Punto de Vista / 09 de septiembre 2025

Cuando hablamos de educación, no solo hablamos de aulas, pizarras y libros. Hablamos de confianza. Los padres de familia entregan sus recursos y su esperanza para que sus hijos tengan mejores oportunidades. Los alumnos confían en que la escuela es un espacio seguro, limpio y justo. Y los maestros depositan su esfuerzo en una institución que debería estar a la altura de ese compromiso.

Por eso duele enterarse de que en el Colegio de Bachilleres de San Luis Potosí aún siguen abiertas varias carpetas de investigación por presuntas irregularidades cometidas en la administración pasada. No son simples errores administrativos, son posibles desfalcos que rondan el millón de pesos, como en el caso del plantel 26, donde la infraestructura quedó a medias y las cuentas no cuadran. Ahí está el edificio inconcluso, testimonio de cómo el dinero se esfumó en trámites turbios que jamás deberían haber ocurrido.

Aún más indignante es el caso de un trabajador administrativo que, sin pudor, desviaba recursos de las inscripciones hacia su cuenta personal. Fue sancionado y despedido, sí, pero ¿cuántos alumnos vieron cómo su esfuerzo se convertía en botín de un administrativo sin ética?

La actual administración ha detectado ya cuatro casos en distintos planteles. Y aquí es donde surge la pregunta incómoda: ¿estamos frente a un problema aislado del pasado o frente a un cáncer que sigue avanzando en silencio dentro de la institución? Porque si lo segundo es cierto, de poco sirve hablar de cambios si los vicios continúan.

El Cobach no puede ser visto como una caja chica de funcionarios ni como un espacio para “hacer negocio”. Es, o debería ser, un pilar para cientos de jóvenes potosinos que ven en la educación la única herramienta para salir adelante. Y cada peso desviado, cada obra inconclusa, cada trámite mal hecho, no solo hiere al presupuesto: hiere la confianza y la esperanza.

La transparencia no debe quedarse en discursos ni en auditorías maquilladas. Hace falta voluntad real para que estas investigaciones no terminen en el olvido, para que las sanciones sean ejemplares y para que, de una vez por todas, se entienda que robarle a la educación es robarle al futuro de San Luis Potosí.

Porque al final del día, los jóvenes no pueden esperar a que las cuentas se aclaren: ellos necesitan aulas completas, maestros comprometidos y un sistema limpio. El Cobach tiene que decidir si seguirá cargando con su pasado o si, por fin, se atreverá a escribir una historia distinta.

mrenzi@revistapuntodevista.com.mx

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