Tras veda de 4 años, podrían permitir pesca en habitad de la vaquita marina

Después de reuniones de alto nivel con autoridades de Estados Unidos, el Gobierno de México construye una salida a la crisis en el Alto Golfo de California, que permitiría a los pescadores de San Felipe, Baja California y el Golfo de Santa Clara, Sonora regresar al mar con redes de enmalle de hasta 400 metros de longitud.

De esta forma, queda cancelada la posibilidad del pago de compensaciones económicas a permisionarios, pescadores y cadena productiva de las comunidades, como venía ocurriendo hasta diciembre de 2018.

La estrategia que se trabaja como la solución más viable en la región, es dividir el área de refugio de la vaquita marina de mil 841 kilómetros cuadrados en tres zonas, la primera de tolerancia cero, donde ni siquiera se permitiría la navegación de embarcaciones.

La segunda, radica en realizar actividades de extracción con buceo y técnicas sustentables, y una más donde se autorice el uso de artes de pesca tradicionales.

De acuerdo al programa de monitoreo acústico del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), las pocas vaquitas que quedan, entre 6 y 19 ejemplares, habitan en un área muy pequeña del Alto Golfo de California, de aproximadamente 24 x 12 kilómetros, dentro del área de refugio y donde se reportan altos niveles de pesca ilegal de pez Totoaba.

El compromiso de México para dar paso a esta iniciativa, incluye entre otros aspectos, incrementar la inspección y vigilancia en el polígono de protección del mamífero marino en mayor peligro del mundo, que todas las embarcaciones menores tengan instalado un sistema de rastreo y que las redes de enmalle porten marcadores físicos, para saber exactamente a quiénes pertenecen.

El siguiente paso para concretar la propuesta, es que la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), publique un nuevo marco regulatorio que sustituya al Acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), en mayo de 2015, que prohíbe toda la pesca comercial en el Alto Golfo de California.

Para que la eventual iniciativa ofrezca soluciones de fondo a las familias del hábitat de la vaquita marina, debe contemplar el tema del mercado, ya que desde agosto de 2018 pesa sobre la región un embargo pesquero por parte de Estados Unidos, que no les permite exportar sus productos como el camarón azul, que tiene una gran demanda en California.

Esta situación afecta enormemente a los pescadores debido a que tienen que conformarse con venderlo a pie de playa en 150 pesos el kilogramo, en lugar de los 20 dólares que en su momento les ofrecían los compradores estadounidenses, lo que en ocasiones no les alcanza ni para pagar el combustible que utilizan para sus embarcaciones.

Fuente: https://www.excelsior.com.mx

Salir de la versión móvil