CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Durante más de tres horas el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, debió permanecer en un avión comercial, de aerolínea de bajo costo, porque la nave no pudo despegar debido al mal tiempo.
En una entrevista concedida en su asiento, a bordo del vuelo de VivaAerobus, dijo que el retraso en el vuelo no era por tráfico aéreo en la Ciudad de México, sino por las condiciones climáticas de esta noche.
López Obrador reiteró que la consulta definirá el tipo de aeropuerto que se tendrá, y expuso que, en cualquier caso, si se continuara con el actual proyecto aeroportuario en el Lago de Texcoco, se terminaría hasta 2024 por lo que tampoco le tocaría liberarse del tráfico aéreo.
Inclusive justificó el retraso de vuelos por condiciones climáticas como ocurre en todo el mundo, no sólo en México.
Ya abajo del avión, en una cafetería, el presidente electo pidió recordar “el peregrinar” de los héroes nacionales, entre los que mencionó a Hidalgo, Juárez y los caudillos revolucionarios.
También expresó que era falso que estuviera incomunicado, pues estuvo enviando mensajes a bordo del avión, y refirió que antes se usaban telégrafos y ahora varios de los reporteros estaban transmitiendo en vivo.
“Imagínense ellos, el sufrimiento. Nosotros estamos aquí, tomando agua”, agregó.
–¿Cree que tendría otro trato si fuera un avión presidencial?
–Sí, pero me sentiría muy mal. No por esto voy a cambiar de opinión. No me voy a subir al avión presidencial. Me daría pena, se me caería la cara de vergüenza, subirme a un avión lujoso en un país con tanta pobreza.
Después se refirió a los reporteros en los siguientes términos: “Además, estoy aquí platicando con ustedes, son ustedes muy solidarios… algunos lo resienten porque cubrían antes la fuente presidencial y los trasladaban en aviones privados, sí, sí… comían bien… vinos y de todo.
“Ustedes no –dijo refiriéndose a quienes estaban ahí–, ustedes no, digo, algunos, algunos. Entonces ya se van a ir acostumbrando poco a poco, ya cambiaron los tiempos”.
Y continuó hablando de la humildad en el poder, como suele hacerlo desde hace años. Siguió: “Entonces, nada de fantocherías, se acabó ya el que haya políticos fanfarrones, prepotentes, fantoches”.
Momentos después, López Obrador bajó del avión a esperar el despegue.
Al cierre de esta edición, el presidente electo llevaba cuatro horas detenido en Huatulco, pero aseguró que iba con tiempo suficiente para llegar a la Ciudad de México y viajar mañana a Tijuana, Baja California.
Finalmente se refirió a la pobreza y el abandono de Oaxaca, donde la mayoría de las personas no se han subido a un avión y no se quejan, y después bromeó sobre viajar en vuelos comerciales.
“Yo ya soy un fresa, soy un fifí, déjenme ya”, dijo, y se dirigió a una cafetería del aeropuerto.
Fuente: AGENCIAS